19 febrero 2011

Una retirada a tiempo: Tentari turns off (for a while)

Bueno, como mucha gente cercana sabe ya, voy a dejar de escribir por un tiempo indefinido. Será especialmente improbable que escriba sobre música, un ámbito cuyos mecanismos de juicio yo creo que no he llegado a entender lo suficiente como para ir por ahí haciendo públicas mis opiniones. Después de un tiempito considerable, ignoro más que nunca lo que significa la palabra independiente. También me alegro de haberme librado de trabajar "en lo que me gusta"; algo me dice que estaría muchísimo más amargado trabajando "en lo que me gusta"... Y es que me parece que eso es imposible; al menos, en este país. La otra opción, muchísimo más probable, es que sea un bicho raro, en cuyo caso no creo que sea aconsejable seguir asomando demasiado la cabeza.

En fin, a lo mejor vuelvo algún día. Como le dije el otro día a un tipo altamente respetable, aquel en el que no haya que dar explicaciones por que te gusten Hombres G o las cabeceras para series de Mike Post. Mientras, eso sí, seguiré colaborando con la UCA, como vengo haciendo últimamente. Lo último fue el concurso de maquetas, junto a Salvador Catalán y Jesús Serván, donde decidimos que era el momento de que un grupo de hip-hop gozara por fin de un cierto reconocimiento. Más ante la escasa personalidad que muestran últimamente los grupos de pop-rock.

¡Pero no hay que perder la esperanza! ¡Están La Bien Querida, El Guincho, Pony Bravo, Los Granadians, Delorean...!

Hace más de dos meses envié mis últimos textos a FREEk! para mi sección sobre las cosas que la gente no reconoce que hace, dice, escucha o ama. Iba dedicada a Santi Carrillo y el RDL; creo que, después de eso, no se puede escribir nada más para esa sección. Además, yo no encontraba más temas que sacar del armario. Lo dejo ahí.

En fin, no me queda más que dar las gracias a todos los que han seguido este blog durante tanto tiempo. No os voy a nombrar porque esto no es la ceremonia de los Goya y, al fin y al cabo, hablamos con cierta frecuencia y sabéis de mi gratitud.


DESMONTANDO EL CARRILLO

Este espacio cumple dos años de vida. Para celebrarlo, he decidido dedicárselo al tipo que más controversia suscita entre los aficionados a la música de este país. ¿He dicho controversia? No siempre. Muchas veces, cínica indiferencia, pues una de las pautas del cultureta posmoderno consiste en hacer todo lo posible por convencer a su interlocutor de que el objeto de la conversación se la trae al fresco. Y eso que últimamente el hombre anda más que acertado. Claro que incomodando, como siempre. Ahora le ha dado por reclamar que las hordas de jóvenes que vampirizamos a los creadores vía internet sin otro objetivo que la acumulación por la acumulación, y utilizando de paso los más variados, malversadores y sonrojantes subterfugios, prestemos atención al hecho de que, oye, no estaría mal remunerar a ese pobre ser al que un día se le encendió la bombillita. Pero claro, eso es demasiado reaccionario. Para la casta de los nuevos (y autoproclamados) defensores de la libertad individual -los Anonymous y toda esa canalla- estos
Santis Carrillos deben ser considerados como una subespecie que, de jovencitos, se llenan la boca con ideas de ultraizquierda para luego venderse a sus tentaciones pequeño burguesas. En realidad, y pese a todo, hablamos del director de una publicación musical. En ese plano, nuestro hombre puede sentirse (también) orgulloso del camino recorrido desde que tomó las riendas de Rockdelux… … porque no se entienden los últimos veinte años de música independiente sin esa cabecera, por más que para muchos se haya convertido en el más innombrable de sus guilty pleasures y, si se habla de ella, sea casi siempre para echar basura sobre ella. Echen un vistazo a la actual deriva estética del pop alternativo vía listas 2010 –no de esa revista, sino de cualquier medio. Comprobarán cómo, poco a poco, se van consagrado las propuestas de la publicación barcelonesa. Hasta tal punto que algunos (muy pocos, que yo veo a la gente muy contenta) nos sentimos cada vez más incómodos en el circuito debido a que todo parece invadido, bien por el muermo, bien por un eclecticismo de lo más falso y cansino. Mientras, Santi Carrillo se dedica ahora a desgranar editoriales sobre Pet Shop Boys, Edwyn Collins, Eels, The Ex… Tiene gracia, y no deja de ser significativo, que lleve varios meses pegándole duro a la ortodoxia pop. Y es que lo poco agrada y lo mucho enfada, hasta para quien se pasa la tarde de Navidad en la cocina volcándose en los demás. Un poco tarde. Algunos nos vamos, pero no podemos dejar de reconocer que nuestra vida no sería la misma sin todo lo que aprendimos con RDL ni con los cabreos que nos pillamos con él. Sigan disfrutando sin complejos, señores. Los estaremos observando.