18 marzo 2014

Locus

No sé qué es lo que he visto en el telediario que me lo ha recordado. Me gustan los chicos que creen que quieren saber. No son muchos. El comienzo de la adolescencia huele a sí misma. Si cierras los ojos a las 4 de la tarde, ese olor te invade 8 de cada 10 veces, pero nunca podrías llegar a definirlo. Ni siquiera mientras dura ese lúcido duermevela. Preparados, listos, ya. Llega tu momento. Eres consciente de ello, pero el juez no dispara la bala de fogueo al aire. Los mayores llevan vespino negro y escalón. Huelen a playa y parecen hacer lo que quieren. Van al concierto de Mecano. Solos. Tú vas con tu madre y unos tíos. Y cuando estalla la primera Guerra del Golfo quieres saber. Es el momento de saber. A tu lado, muchos quieren saber. El Diario de Cádiz pasa de mano en mano. Sabes que hay otros diarios, pero en ese momento todavía tienen muchas páginas y, quién sabe, quizá no expliquen las cosas de una manera que las puedas comprender. Has empezado a construir porque quieres construir y sabes que es el principio. El paquete conserva el olor a nuevo durante mucho tiempo.