12 junio 2006

En el país de la lógica


Tragarme mis palabras he. Italia ha sucumbido a la dictadura del tunning en la camiseta. Números en dorado, dos tonos de azul y una improcedente raya negra. No entiendo nada. En fin... Tremenda decepción. Da igual. El italiano sigue siendo, juegue quien juegue, el equipo que cuenta con los componentes más guapos pese a las horteradas imperantes, en este caso, un diseño “cometido” por Puma. ¿No era ésta una empresa europea? Corríganme zi me hequiboco.

Hablando de fútbol-fútbol: ni una sorpresa. Ni una. Tan sólo el triste empate de una Suecia, que tampoco es gran cosa en el panorama internacional, ante los animosos trinitenses.

Los favoritos han sufrido para ganar, pero han acabado ganando. Los equipos representantes del llamado fútbol emergente no han hecho más que inquietar a los históricos, con mayor o menor intensidad, otorgando un punto de emoción necesario en este tipo de torneos.

Parece que el dominio de los equipos españoles en los últimos años haya servido, sobre todo, para que nuestros vecinos se contagien de esa característico victimismo que conformó siempre el carácter de nuestros deportistas, esa manera tan nuestra de guardarnos las espaldas ante cualquier debut que no sea eurovisivo, el único evento en el que siempre (alucinante) creemos partir como favoritos:

ALEMANIA: "¡Ehhh! Si perdemos es que tenemos mucha presión, ¿eh? Somos los anfitriones y, ahora que no nos oye nadie... yo tampoco confío en nuestro seleccionador.

ITALIA: "Con la crisis que tenemos, suficiente habremos hecho si superamos la primera fase".

INGLATERRA: "Es que Rooney no está bien".

Y así podríamos seguir, pero el hecho es que, justamente en el mundial de Alemania, la lógica se está imponiendo de manera aplastante. Quizá sea España el primer sitio donde, un mal día, se utilizó ese tipo de adjetivo tan característico para la definición de los equipos mediocres. ¿Acaso no dicen que nuestra lengua es tan rica? "Correosos" para Corea del Sur y Japón; "disciplinados" para los equipos del Este; "rocosos" para los noruegos; "imprevisibles" y "atléticos" para los africanos... El resto, es decir, Brasil, Alemania, Argentina, Italia y Francia son, sencillamente, "superiores".

Sin embargo, esta actitud de inferioridad no nos ha impedido poner en duda la trayectoria de una escuadra como la italiana, protagonista el lunes del, hasta el momento, mejor partido del mundial. Admito que el equipo de Marcello Lippi (al que me cuesta horrores no llamar Filippo a pesar de que no tenga nada de Fra) estuvo irreconocible, pero la electricidad del partido permite afirmar desde ya que Italia se ha presentado firmemente como candidata al título final. Cuando escribo estas líneas, todavía unos necios en la tele aseguran que Italia sólo ha corrido; no sé los nombres de esos muchachos y tampoco me interesa; si me interesaría conocer si creen que España habría podido tener posibilidades ante Ghana.

Mañana juega Brasil. Debe ganar sin problemas. Y ganará.

Pasado mañana juega España. También debe ganar sin problemas. Dejarse de pamplinas y abandonar las coartadas de equipo de medio pelo.


He llegado a la conclusión de que estoy viendo el mundial sin plataforma digital, sin TDT y, ni tan siquiera, con antena parabólica, es decir, con los mismos medios técnicos que hace veinte años (tanto rollo...). El mundial que, creo, marcó nuestro pasado reciente. En esta pantalla vi los cuatro goles del Buitre ante Dinamarca, días más tarde cómo Ceulemans adelantaba a los belgas y cómo Miguel Muñoz metía a Señor en los últimos minutos mientras yo protestaba y mi madre trataba de consolarme: -“...gol de Señor...”. Luego, efectivamente, Señor empató, aunque llegó la tanda de penaltis. Más tarde, recuerdo el segundo gol de Argentina en la final ante Alemania, transformado por Valdano tras un certero contragolpe: “¡Cómo definiste, ché, cómo definiste!”- cuentan que le dijeron... Palabras igualmente certeras. Ojalá definamos nosotros igual de bien algún día.

Isaac Lobatón

P.D. Ah, por cierto. Mientras dure el Mundial y hable de fútbol, envolveré mi nombre en esos colorines. Lo aclaro para que nadie se confunda. No tengo nada que ver con Losantos ni nada de eso, ¿eh?

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

De Argentina no pensas hablar nada? O Messi, Saviola y cia. son menos que esos inglesitos a los que les dedicaste unas lineas....
Espero que cambies un poquito.

13 junio, 2006 13:04  
Blogger Isaac said...

Hay que leer hasta el final, Pau... y por el medio también!

13 junio, 2006 14:20  

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