19 junio 2008

Asóciate, hijo de puta (II)

Esta entrada va dedicada a todos esos ciudadanos que únicamente saben ganar dinero levantando casas y hoteles, sin que importe el entorno, ni el natural, ni el humano.

Una plaga que, por otra parte, es la que ha contribuido de manera decisiva a la crisis económica que ahora soportamos.

Esa caterva de promotores, intermediarios y comerciales, conformada casi siempre por indocumentados y paletos con un sentido de la economía más primario que el de Antonio Alcántara.

Los que no sean de la provincia de Cádiz pero hayan disfrutado de ella alguna vez, sepan que existen planes para urbanizar la mayor parte del entorno del Parque de los Alcornocales, hoy protegido. Sepan también que todo el área de Bolonia estuvo, a principios de esta década, en un tris de ser urbanizada. Yo he visto esos planes. Sus impulsores no lograron la recalificación de una zona protegida y mimada hasta el extremo que -ya eso no es ninguna idea novedosa- se vio beneficiada de la presencia militar en la zona.

Si alguna vez ven en el telediario que se ha producido un incendio por allá, no duden en que habrá sido provocado, como el de hoy. Igualmente, nunca caigan en el error de reclamar o, en su caso, celebrar el abandono de las dependencias militares que proliferan por allá; son una garantía de protección indirecta para estos pequeños paraísos. Si los alcaldes y consistorios persiguen ese objetivo, no duden que es para recalificar, recalificar y recalificar.

No hemos aprendido nada. Tenemos al lado la provincia de Málaga, esa que, nada más llegar, nada más dejar atrás el cartel que lo indica, nos abruma con la colonización indecente que el ladrillo ha hecho del paisaje. Sin embargo, ahora todo se disfraza de sostenible con un cinismo que causa espanto.

Por desgracia, tampoco es cuestión de partidos. Nada garantiza que un ayuntamiento gobernado por IU-LV (Conil va a llegar -y no es una exageración- hasta la antigua N-340) vaya a comportarse mejor que otro dirigido por el SOE o el PP, igual de venenosos en este tipo de asuntos. La derecha no va a salvar el medio ambiente, de acuerdo, pero la izquierda tampoco.

En otros casos, las meras tretas políticas vienen disfrazadas de buenas intenciones. ¿Nadie se ha dado cuenta de cómo el Presidente ya no habla del bio-combustible? Se le llenaba la boca de bio-diésel hace un año, cuando ya estaba demostrado que España no podría autoabastecerse ni aunque toda su superficie se dedicase al cultivo del girasol, que iba a ser necesario esquilmar campos super productivos para convertirlos en terrenos de secano, que habría que tirar de la producción de los humildes agricultores del tercer mundo... pero nada... el tipo, empecinado en el bio-combustible, porque como los coches con él no se peen, pues resulta más de izquierdas. Eso es criterio, sí señor.

Lo de los parques eólicos, merece discusión aparte. Ahí entran intereses mayores: Iberdrola, Endesa, etc. Hectáreas enviadas al limbo a base de expropiaciones para colocar esos inmensos e ineficientes mástiles. Luego, los telediarios lo venderán como que España lidera la producción de "energía limpia", pero no es limpio que un antiguo oasis se convierta de la noche a la mañana en un erial, sólo para que pueda haber otro Corte Inglés cerca. Es una catetada. Otra catetada.

Hoy hay un incendio en Tarifa. Algún hijo de puta ha prendido fuego a mi paraíso. Si supiera quién es, cogía el coche y lo arrojaba a las llamas yo mismo.

P.S. El linchamiento ya no es posible.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Los árboles que han quemado esos hijos de puta por dinero los plantó mi abuelo con sus propias manos y los cuidó durante toda su vida como guarda forestal. Mi padre se crió en el Monte de la Peña. Para mi, han destrozado mucho más que un bosque o parte de un parque natural. Menos mal que mi abuelo no está vivo para verlo.

19 junio, 2008 13:50  

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