Bajas, dimes y diretes

Esta vez, me adelanto a Josu.

Como no soy periodista de El País, ni de El Mundo, ni de RTVE, ni tampoco militante del SOE, ni del PP, ni de IU, ni de nada, me puedo permitir escribir lo que mucha gente pensará.

La noticia de que Ortega Lara cause baja en el PP es irrelevante. Lo digo porque en los próximos días será utilizada como arma arrojadiza contra esos muchachos que están tratando de hacer del partido de ultraderecha una opción de centro-derecha. A estas alturas de la tarde, Aguirre ya se ha subido a ese innoble carro.

¿Por qué es irrelevante? Porque una cosa es que seamos solidarios con Ortega Lara por todo su padecimiento (en mi caso, retaré a duelo al que dude de esa solidaridad) y otra volver la cara al más que posible hecho de que es altamente probable que la cabeza de este hombre no esté en su sitio después de semejante experiencia. En el mejor de los casos, sus opiniones nunca van a significarse por la menor aproximación a la objetividad.

El PP tiene diez millones de votantes. Si es tan importante lo que piense, haga o diga Ortega Lara, ¿por qué no lo proclaman candidato? A lo mejor porque ya tienen a Marías San Giles y Mayores Orejas a porrillo, personas cuyas ideas políticas, más allá de la estrategia antiterrorista que preconizan, se desconocen... o brillan por su ausencia.

Sé que puedo parecer duro, pero no hay que confundir la emotividad con la realidad y la conveniencia política.

Y ya me he quedado a gusto.