Mundial 2010: Bailando y bostezando

El Mundial es la máxima expresión de la capacidad del Homo Sapiens. La primera fase es la más bonita, similar a cuando en el billar se percute con la bola blanca sobre el triángulo conformado por el resto de las bolas. Colorido, emoción y consecuencias imprevisibles.

Dicho esto, paso a analizar mis impresiones después de las dos jornadas iniciales:

Sudáfrica 1 - México 1

RSA podría ser Rusia. Lo digo por el marcador sobreimpresionado en la pantalla. Evidentemente, se deduce que no es Rusia. Y no sólo porque no se haya clasificado... El partido inaugural nos muestra un equipo que cuenta con papeletas para arrebatarle a España el título de peor equipo anfitrión de la historia de los mundiales. Hace falta algo más que ilusión en el pasillo de vestuarios para disputar un campeonato de este tipo. México perdona. Espera verlas venir. La toca con cierto criterio durante casi toda la primera parte, proporcionando además la mayor sensación de conjunto hasta el partido de Inglaterra con Estados Unidos, pero parece que espera que el gol se materialice solo. Así, no es de extrañar que sean sorprendidos en la reanudación por una Sudáfrica extra motivada que sale en tromba. El empate llega porque a la fuerza ahorcan. El gol encajado por el combinado africano es de vergüenza ajena. Me recuerda algo este verlas venir ante la mediocridad ajena esperando que el fruto madure (y arriesgándose al fracaso), pero no sé a qué...

Uruguay 0 - Francia 0

Algún día el país vecino deberá hacerle un juicio sumarísimo a ese tipejo que tienen por seleccionador, pero también hago memoria y empiezo a recordar varios empates a cero de Uruguay en otros tantos mundiales. Óscar Tabarez también se las trae, pero sus jugadores tampoco dan para mucho más. Las individualidades de Francia no lucen, no hay equipo, no hay ideas; sólo la presencia e intimidación que ejerce un equipo que, cada vez, se asemeja más a Alemania por su inexplicable facilidad para avanzar rondas, no por otra cosa. Forlán es un náufrago. Pobrecillo.

Corea del Sur 2 - Grecia 0

Es de justicia poética que un equipo que sólo sabe especular vea desarmado su planteamiento con un gol tempranero. No es de justicia poética que un país tan castigado por la crisis sea vuelto a castigar por el equipo de fútbol de otro país que representa lo peor del capitalismo.

Argentina 1 - Nigeria 0

El gol de Heinze hacía prever que Argentina presentaría de manera seria sus credenciales al título. Nada más lejos de la realidad. Una actitud indigna y vergonzante, impropia desde luego de una bicampeona del mundo, pero más de una aspirante al campeonato, ha llevado al once comandado por el barrilete cósmico (y mental) a facturar un juego compuesto de pases cortos en horizontal en el centro del campo; todo, con el único fin de hacer correr el reloj. Aún así, Nigeria ha podido empatar. Es lo que ocurre cuando se da la manija emocional de un equipo a un tipo como Heinze, y la manija de la creatividad a un hombre que, no es que esté acabado, es que nació acabado (ojo al mejor artículo que probablemente firmó Segurola en su etapa en El País) y su fama sigue pareciéndome, ocho años después, un insondable misterio. Messi, el hombre, ha hecho lo que ha podido. Mucho, por cierto, pero el partido ha sido tan aburrido que a los diez minutos de la segunda parte me he quedado dormido. Maradona es, una vez más, infame con su propia leyenda.

Inglaterra - EEUU

Los norteamericanos ya no son la banda del jipi Lalas y Wynalda, sino un equipo peligrosísimo en un partido donde, por primera vez, se disfruta del juego de dos escuadras seriamente trabajadas. Partido eléctrico, vibrante e imprevisible, estropeado por la leyenda negra de los porteros ingleses. Si mis cálculos no fallan, sería posible un cruce con los yanquis en cuartos. No me gusta nada.

Algunas trivialidades

- Aunque los jugadores parecen haberse adaptado, el balón penaliza el juego técnico y favorece el patadón y el chutazo intempestivo. Nunca vi a tantos porteros obtener tanta longitud de saque. Con la cámara superlenta se pueden apreciar los botecitos que da sobre el terreno de juego, perjudicando el control. Y con cualquier cámara, los botes sorpresivos que imposibilitan a veces el control a los porteros y en los pases horizontales. La FIFA y sus cosas...

- Los dos jugadores café con leche de Nigeria y Sudáfrica llevan trencitas; ello a pesar de que ya de por sí llaman tanto la atención como si fueran pelirrojos. Más justicia poética: en sus respectivos equipos, son de lo peorcito.

- Los árbitros han estado, por el momento, impecables.