03 febrero 2010

Nuevo blog

Supongo que podría buscar cosas más interesantes de las que ocuparme, pero hay asuntos que me irritan desde que era pequeño y, la verdad, desde que existen los blogs, al menos puedo patalear públicamente y, a veces y con suerte, comprobar gracias a los comentarios de la gente que no soy tan raro.

El caso es que siempre me han sacado de quicio las opiniones exageradas acerca de la meteorología reinante en cada momento. Que si esto no lo había visto yo nunca aquí, que aquí no ha nevado en la vida, que si nunca ha llovido durante tanto tiempo seguido, que si en la vida ha habido aquí un tornado... ¡Por favor!

Y aunque todo esto no sea privativo de Andalucía, añádasele a ese carácter la politización inherente a cualquier tema del que se hable, tanto aquí como en el resto del país. Porque si te aventuras a decir que los tornados se han dado con cierta frecuencia en el área del Estrecho, casi te puedes exponer a que te llamen creacionista. Y viceversa, claro...

La gente que cuenta con una cierta experiencia en el terrible visionado de mi continencia, sabe que la frente se me pone roja y desarrolla un relive cilíndrico en vertical cuando escucho memeces de este tipo. Y que, sobre todo, añoro a Maldonado. Él siempre tiraba de archivo para, por ejemplo, aclarar que el retraso del estío era un hecho frecuente, o que tales lluvias en una zona equis se habían dado durante tres años seguidos en la década de los cincuenta, y muchos otros datos que, además de contribuir a una mejor información meteorológica, cumplían otra función primordial: tranquilizar.


Por todo esto, he abierto otro blog: The weather, the better. Servirá para ir archivando, a grosso modo, el tiempo que va haciendo según discurra cada estación. Será en plan coloquial. El año que viene, cuando alguien se alarme, por fin tendré un sitio de primera mano al que remitirle: mi sitio.

P.S. Un año más, Salvador Catalán me ha invitado a participar, como jurado, en el concurso de maquetas de la UCA. Esta vez, el nivel fue bastante alto y costó decidirse. Finalmente, optamos por The Capris.