14 junio 2006

España se posiciona

Tanto recordar Méjico 86, y resulta que hemos jugado el mejor partido en un mundial desde la paliza a Dinamarca en “La Corregidora” de Querétaro.

Las cosas ya no marchan según lo previsto. Esta debía ser la cita de la prudencia. O del escepticismo disfrazado de ella, pero el equipo nos ha regalado un debut que justifica cualquier sueño por optimista que sea.

Antes del partido pensaba que el resultado, de ser favorable, costaría sangre. Sin embargo, creo que ha sido uno de los pocos partidos de España donde no he oído ninguna invocación a la furia, ni en la tele, ni entre mis acompañantes, ni en los corrillos y tertulias posteriores.

¿Será porque no ha hecho falta furia? ¿Será porque es más fácil ganar jugando fácil, sin enredar con caprichos de entrenador en las naturales cualidades del colectivo?

España ha tenido la pelota, pero no para marearla como otras veces, sino para profundizar durante todas las fases del partido, con soluciones rápidas y eficientes y una clarividencia infrecuente. El equipo se ha movido como una ameba, sin prisa pero sin pausa y muy uniformemente, con todas las líneas juntas, combinando perfectamente desde la defensa hasta las líneas de ataque para abrir muy pronto el marcador.

Porque un gol tempranero posibilita una ventaja importante de cara al resto del partido, pero era un tanto muy buscado, precedido de un tirazo de Senna desde 25 metros, y el córner ha sido forzado tras una peligrosa penetración de Pernía. En el minuto 17, y como pocas veces se ve, el partido quedaba decantado con el 2-0 de Villa, pero es que Ucrania no ha dado sensación de peligro en ningún momento.

Línea a línea el equipo ha estado perfecto, demostrando que cuenta con el centro del campo más completo del campeonato, pero sería muy injusto pasar por alto la actuación de aquel jugador que Iván Campo quiso ser y no pudo.

Puyol ha estado en todas las partes del campo. Ayudando al medio campo, a la creación ofensiva, organizando el repliegue de su línea, liderando al equipo en definitiva. Gran Puyol. Incalificable. Su jugada, una genial mixtura de coraje, técnica, fuerza y fe, no merecía menos que la perfecta definición (“cómo definiste...”) de Fernando Torres, quizá el único jugador que ha sembrado alguna duda a lo largo del partido.

Por una vez, no sólo estamos donde tenemos que estar sino como debíamos estar. Sin angustias, sin favores, sin estrés... Es lo que debíamos hacer. ¡Así me lo aprendí yo! Eso no implica ni que fuera fácil ni que el espectáculo de hoy no haya tenido mérito, pero España, de momento, está a la altura de su categoría. Además, podemos afirmar con la cabeza bien alta que la selección realizó ante Croacia un gol y medio más que Brasil.

Ningún país ha tenido mejor debut ni ha mostrado una superioridad tan manifiesta. En manos de Luis y sus muchachos está aprovechar este momento. Túnez y Arabia (éstos sí que no) no deben ser obstáculos para alcanzar la primera plaza del grupo.


Isaac Lobatón

P.D.: Sigo reivindicando mi derecho a firmar en rojigualda, como haría cualquier británico, italiano o francés en esta época. Además, tiene su punto: si se lee sólo lo rojo, parece un nuevo invento hortera latino de la factoría Estefan: ¡El Isatón!

P.D. 2: Por indicación de un amigo italiano, rectifico el “Forza Italia” de hace unos días, frase registrada por Silvio Berlusconi (algunos por ahí sí que se adueñan de lo que es de todos). ¡Forza Azzurri!

P.D. 3: Si queréis hacer comentarios, podéis aquí mejor que en mi correo electrónico. Ello dará vidilla al blog.