26 marzo 2007

La Costa Brava: Estudio y Estadio

Cuesta un poco decir algo de un disco cuyas canciones vienen comentadas por los propios autores de las mismas. De hecho, va contra mis principios. No creo que exista grupo donde sus componentes hayan llevado a cabo tantos esfuerzos por hacer llegar a su público las claves para comprender sus composiciones. Es por ello que me parece un pequeño atrevimiento decir algo más de "Velocidad de crucero", el último trabajo de La Costa Brava.

Así que, con la venia, señores Fernández, Algora, Vicente y Moreno, me gustaría comenzar diciendo que, justamente, el disco se inicia con una de las mejores composiciones en la historia de este singular grupo. Desde la primera escucha, Natasha Kampush entra directamente al olimpo, junto a Canción de cumpleaños, Copas de yate o Treinta y tres. Sabido de sobra es cómo Almodóvar ha buceado con frecuencia entre las páginas de sucesos a la caza de un titular sobre el que sustentar una historia, mecanismo parecido al que ha llevado a Sergio Algora a darle la vuelta a la crueldad para crear una excepcional balada que, advertimos, es capaz de planear varios días sobre la cabeza sin que podamos hacer nada por que se largue.

Pegamos un salto hasta el corte número doce, Japonesa, para señalar la competidora más seria a mejor canción del disco. Un característico medio tiempo de Fran, pero con un acabado electrónico al que no nos tienen acostumbrados ni él ni el grupo, y cuyo antecedente único se remonta a La música, las drogas, el láser, las minifaldas- afortunada aportación de Dani Garuz al primer disco, "Déjese querer por una loca".

No es cuestión de hacer una clasificación, ni de hablar del disco canción a canción, pero es que, cuando un larga duración entra como un sobre de Cebión Granular, cuesta sustraerse a los comentarios que te suscita cada tema. Olímpicos, por ejemplo, una canción escrita y desarrollada dentro del cumplimiento más estricto de las leyes costabravistas, y que remite a imágenes de cuerpos danone, mangueras, césped, cocos, limones y viajes en dos caballos con la capota levantada, imágenes flasheadas con luz blanca, merced a los (contenidos) arreglos disco que acompañan al tema.

Ricardo Vicente, en permanente crecimiento, se consolida como el tercer vértice compositivo del grupo, con dos temas en solitario de gran delicadeza y discreta belleza, como Amor bajo cero y Te cambio por un mundo donde no valga la pena. Mientras, Enrique Moreno, sorprende con Dispositivo, un sincero homenaje al lado más melódico de Los Brincos (J. Pardo y A. Morales) convenientemente contrarrestado por La prueba del polígrafo (Algora) que, más allá de su sardónico título, remite más a la fuerza y emotividad de Fernando Arbex.

De otro lado, Fran sigue haciendo de las suyas. Canciones que no esconden sus influencias y de melodías redondas, letras realistas, y humor inteligente sin doble filo: En los días de la grabación del disco decía que Hello goodbye era la felicidad... en los días en los que se grababa Háblame... ya se había notado que esta canción de The Beatles era un referente en "Es Perfecta", concretamente en Alumno o Profesor. También divierte esa transmutación en el espíritu de la Ana Torroja de Mecano, para cantar una canción en la que el (la) protagonista es alguien del sexo opuesto; se trata de Casado con otra, con un arreglo que me dejó totalmente descolocado, al introducir el riff de I wanna be your boyfriend. Y, superado el trauma de coincidir en acordes con Greenday, "Hospital", un empeño personal por hacer una canción con un poco de más velocidad, y cuyo espíritu lírico me recuerda a la homónima de Carlos Berlanga; ambas son canciones de melodía alegre, pero de letra triste. Qué cosas.

La producción de Paco Loco es meticulosa e inteligente, pero respetuosa, como siempre, con el espíritu del grupo. ¿Quién diría que Remate y La Costa Brava cuentan con el mismo productor? Paco Loco es un genio, un guante que se adapta sin problemas y con una eficacia pasmosa a las apetencias de sus sucesivos clientes.


A todo esto, y con el disco recién adquirido el viernes, me desplazo a Sevilla anteayer para ver la puesta de largo de "Velocidad de crucero"en el Fun Club. Hacía unos meses que había visto a la nueva formación en el Arena, en Madrid, esto es, Liborio por Eloy Cases en el bajo y Ricardo Vicente sustituyendo a Dani Garuz en la guitarra. Entonces me pareció que Richi necesitaba un poco más de tiempo para adaptarse al grupo, y que de Eloy, otro gran músico, sólo se echaba de menos su actitud risueña y relajada en el escenario. El sábado, Iván, otro bajista, llevaba a cabo con gran solidez su segunda actuación con La Costa Brava; sin embargo -y, ay, no es fácil decirlo- Richi sigue pareciendo abrumado por la ilusión que le ha producido estar en el grupo, una ilusión como yo no he visto nunca en ningun músico, pero que quizá lo atenace un poco a la hora de hacer crecer su aportación como músico de directo, una aportación que no está a la altura de su notable bagaje compositivo.

Por lo demás, las acostumbradas dosis de química con el público, la percepción, una vez más, de que un directo debe ser más un regalo para el auditorio que una exhibición del artista... Aunque se echara de menos un poco más de protagonismo del último trabajo, porque lo merece, y la presencia de algún otro clásico como Desastre, éstos no son factores relevantes en el conjunto del concierto. Sí lo es el plato roto de Enrique Moreno, pero por la carga de romanticismo que conlleva... Dani ha perdido el tren, allá vamos otra vez... Clásicos atemporales como Dos ostras, El cumpleaños de Ronaldo, Canción de regalo o Hazte camarera volvieron a desfilar para hacer las delicias de una de las hinchadas que más comunión encuentra con su equipo.

¡Que siga yendo viento en popa!


Isaac Lobatón

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Loco, soy yo. Para que veas que un rato en el diablito y una pizza, que supuestamente no querías, pueden hacer que decida entrar a leerte. Blogero q ere un blogero.

26 marzo, 2007 20:42  
Blogger Isaac said...

Jeje! El que menos esperaba por aquí, y por tanto mucha ilusión. Gracias!

26 marzo, 2007 23:23  
Anonymous Anónimo said...

Gracias por tu comentario.
Además, estoy de acuerdo contigo en Natasha Kampush y Japonesa. Menos mal que dice Fran en el libreto que estuvo planteándose no grabarla.
Gracias de nuevo por tu comentario y seguiré tu blog.

28 marzo, 2007 00:57  

Publicar un comentario

<< Home