10 abril 2008

Rosenvinge - Vegas: Sola en la penumbra

¿Qué pasa cuando una actitud pretendidamente artística, pretendidamente rockera, pretendidamente maldita, se alimenta desde los medios? ¿Qué sucede cuando al niño malo se le ríen permanentemente las gracias? ¿Por qué unos molan y otros no? ¿Por qué Nacho Vegas sí y Bunbury no? ¿Por qué Pete Doherty tampoco? ¿Cómo logra la impostura colarse tantas veces a través del filtro de los hombres buenos?

El miércoles por la noche, el público de El Puerto asistió a una lección de cómo malversar vil y alevosamente los principios del rock.

Sucedía que asistíamos a un concierto que se iba adivinando plano cuando, en el quinto tema, el silencio de la Guild de Nacho Vegas provocó iras y aspavientos en éste. A partir de entonces, el caos. Vegas se dirigió como un poseso hacia las bambalinas reclamando, supongo, más eficiencia. A la siguiente canción, el asturiano se calzó la guitarra eléctrica, pero esta vez el silencio de las cuerdas fue absoluto. El chico vio entonces el cielo abierto. Tenía una excusa para borrarse del concierto. Esto es, para volver a los camerinos y ponerse tibio.

Sonrisas de condescendencia entre los miembros de la banda. Pequeñas carcajadas emitidas desde el rostro del elemento divino de la noche. Fugaces apariciones de Nacho Vegas cigarro en boca, sólo para incordiar, para hacer notar que tiene motivos para no estar mientras se tropieza con todos los elementos del escenario. Charlie Bautista muriendo de paciencia. Sección rítmica con cara de póker. Público dividido.

A todo esto, la Rosenvinge, ya ha cargado con el concierto a sus espaldas, poniendo de relieve que su incuestionable oficio no le alcanza para solventar la papeleta. Los desafines son constantes, y las entradas a destiempo, un suplicio. Empiezo a desear que el concierto acabe o que, al menos, la garganta de la encantadora rubia encuentre la deseada calma, y me acuerdo de que alguien, por la mañana, aseguraba dudar entre asistir al Teatro Muñoz Seca o quedarse en casa a ver el fútbol con sus hijos. No tengo hijos, pero me sentiría fatal de haber renunciado a una velada de fútbol con ellos por esto.

Lo peor es que, de cuando en cuando, irrumpe Nacho Vegas ejerciendo el papel de perro del hortelano. Dan ganas de gritarle que "no sea membrillo" y deje cantar. Se tambalea, muestra a grupo y auditorio lo puesto que va, orgullosísimo de su manera de afrontar un problema de sonido, mientras, de su boca, es despedida la colilla de un cigarro hacia un sitio cualquiera.

En estas condiciones, es imposible sustraerse de su actitud, que acapara toda la atención. No es que moleste ni escandalice lo que Vegas hace con su vida, sino que no permite concentrarnos en la música, y cuando la música pasa a un segundo plano, hay un problema. Negarlo y hablar de rock'n'roll, de estrellas, de divismo y demás conceptos es de necios e indocumentados.

A pesar de todo, y entre líneas (o entre rayas) algo pudimos apreciar ayer, y lo que vimos fue un espectáculo muy poco trabajado, fruto lógico de una reunión de músicos cogida un poco por los pelos y basada en el romántico concepto de unir dos nombres, dos artistas con aura o el aura de dos artistas que, quizá prematuramente, han sido elevados al estadio del mito. Valorar el daño que pueda causar esa extemporánea mitificación, es otra historia.

8 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Clap clap clap clap!!! (Aplausos, por si no me he expresado bien)
Y con dos cojones!! Claro que sí!!!
Por fin alguien que cuenta las cosas como las ha visto. Sin el velo (o directamente, ceguera) de los acólitos. Esta vez ha sido Vegas (artista grande, eso está claro) pero podría ser cualquiera.
Que hay que saber estar en cada momento (supongo que no sería entrada libre, no?) Y ni aún siendo una leyenda viva, un Dylan si se me permite, hay cosas que no. Y es que no!!! Cohone sha!!!

10 abril, 2008 14:07  
Anonymous Anónimo said...

Mejor el futbol, Isaac, mejor el futbol (aunque el Barça también se pareciera a Vegas de vez en cuando. Enhorabuena por la crítica y un abrazo. S.

10 abril, 2008 14:20  
Blogger Isaac said...

Groucho: No, no era entrada libre, pero aunque lo fuera.
S: Muy ocurrente la comparación, jaja.

10 abril, 2008 14:39  
Anonymous Anónimo said...

Vegas , es un musico hipersupravalorado, me parece que tiene muy poco feeling..sinceramente, me parece un artista muy malo,me hubiese acercado a ver a la Rosenvinge a secas, pero aguantar a Vegas en directo...y eso que lo quiero como a un hermano..
Ciao..

10 abril, 2008 19:13  
Anonymous Anónimo said...

Ya me lo imaginaba, era para enfatizar. ("Encima que hemos pagado...")
Por supuesto que ni aún siendo gratis y con las ferias de la fiesta del pueblo detrás se puede uno comportar así.

10 abril, 2008 19:56  
Blogger kikeconk said...

Siempre me ha encantado Rosenvinge, incluso en lo de escribir Cristina con hache intercalada, incluso haciendo "chas" con el memo de Ález de la Nuez, incluso haciendo de esposa de Viggo Mortensen, es una de mis debilidades, verla no tanto escucharla.

11 abril, 2008 01:57  
Blogger Isaac said...

Anónimo: A mí creo que me gusta la versión aseada de Nacho: su hermano Xabel

Groucho: Ya sé que lo sabes, tonta... y sabías que yo lo sabía ;)

Kike: Cuando salió al escenario al empezar el concierto me salió espontaneamente un "Pufffff....!". Vamos, que sigue estando tremenda.

11 abril, 2008 10:20  
Blogger ninive drake said...

nada nuevo bajo el sol, hay a quien el título de divo le queda grande... y ella, por mucho que digáis, no creo que llegue a ser una memorable de la música de este país, los mandaba a la ruta 66 (la americana) a ver si se pierden...

27 abril, 2008 22:41  

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