Francisco Nixon (y V): El hacedor de esculturas
Juan Miguel Serrera era mi profesor de Arte Clásico (griego y romano, para que nadie se pierda). Yo llegaba a Historia del Arte con la esperanza de animarme con un poquito de creatividad e ideas tras un anodino curso en Derecho, carrera que ignoro cómo puede llegar a acabar tanta gente sin morir de pena.
Serrera era un tipo clarividente y con un agudo sentido del humor. Recuerdo una proyección de un busto femenino rescatado del mar, de época tardo arcaica si no me equivoco; era clavadita a "Nuestra Reina Sofía", según él mismo dijo. Fue el único motivo por el que lo puso; sus clases no tenían un guión cerrado y buscaban obligar a trabajar al ojo, la percepción y la sensibilidad para empezar a alimentar nuestra capacidad para sacar conclusiones propias.
Luego me cambiaron de turno y mi profesor de Arte Clásico resultó ser uno de esos catedráticos adocenados, vagos y planos, ejemplar de esa casta de profesor universitario contra la que (dicen) se ha elaborado el Plan Bolonia. De éste corrían mil chismorreos acerca de sus aventuritas con alumnos que, a la postre, quedaron más que bien colocados, pero esa es otra historia...
El caso es que, antes de irme al turno de este individuo, a Serrera -que falleció con cuarenta y seis años unos meses más tarde- le dio tiempo a desmontar uno de esos mitos y prejuicios con los que uno se acerca al Arte, así con mayúsculas. Y es que la gente piensa que en Grecia todo el mundo se la pasaba hablando de filosofía, democracia, orgía p'arriba y p'abajo con los mozos, el río que fluye pero permanece, el que ni permanece ni fluye, el mirón de Fidias que me ha dicho que si Pericles no arregla la curva de la finca de Praxiteles, no van a acabar las caídas hípicas... Y no, aquello no era la arcadia (con perdón) cultural que se ha pretendido vender.
El enorme número de esculturas que se ha rescatado de la antigüedad no procede casi nunca de las manos de un artista, sino de un taller, una especie de fábrica. Es decir, hablamos de artesanía, de producción en serie. Por eso, cuando el profesor Serrera ponía una diapositiva de una escultura griega, siempre añadía que no era obra de un escultor, sino de un hacedor de esculturas que, además, no necesariamente copiaba un modelo -como haría una orquesta de feria- pero sí reproducía sin parar una serie de parámetros estéticos -Francisco Nixon.
Bueno, el prólogo me quedó algo largo, pero ya llegué donde quería llegar. Además, coincide con lo que decía Fran sobre la música actual en la anterior entrada. El lunes, en cambio, me preguntaba hasta qué punto era útil este disco... Bueno, pues para mí lo es y para mucha otra gente lo será. Es más, estoy seguro de que este trabajo podría ser disfrutado, asimilado y elevado a la categoría de imprescindible por un número de personas cercano al que, no hace mucho tiempo, llevaba a obtener ese estúpido título de disco de platino con el que tanto nos tomaron el pelo a los que, de púberes, escuchábamos los 40 subnormales, pero vivimos en un mundo donde la mayor parte de la gente -es que, olvídese... no me estoy refiriendo a usted, ni a usted tampoco; pertenece a una élite; no se engañe- califica esta música de rara.
¿Rara? Bueno, sí, es raro encontrar canciones que ilustren la vida cotidiana sin caer en cierta complacencia, cursilería, afectación o, en otro sentido, populismo. El otro día, alguien -a quien ni quiero ni respeto menos por ello- me dijo que Celtas Cortos habían sido pioneros de las letras comprometidas. Pues vaya... Imagino que es una cuestión de gustos, pero para mí posee mucho más compromiso una canción como "Inditex", que nos narra la vida de una Petra moderna; una chica que, seguramente, habría llegado a ser personaje de Escobar si éste hubiera empezado a dibujar hoy y no en los años cuarenta.
Qué decir de "Brackets". Cualquiera que haya tenido una pareja con algún tipo de invervención dental sentirá algo muy especial al escuchar esta canción. Yo no voy a contar mi vida aquí...
Es preciso aclarar una vez más que no hay ironía; más bien todo lo contrario, idealización. Fran parece manifestarse como un hombre que mira al mundo agradecido por encontrarse rodeado de belleza, una belleza que casi siempre subima cuando se trata de hablar, no de mujeres, sino de LA mujer, un concepto mucho más genérico y abstracto, plenamente romántico, que le permite componer una oda a las estudiantes juerguistas (Erasmus borrachas), pero también a su pareja estable (Nombres y teléfonos).
En parte, ahí radica el mérito de Fran, en seguir encontrando, casi cincuenta años después, la manera de (re)crear la canción pop, de trasladar a la partitura situaciones, personajes y tipologías sociales que necesitaban y merecían su propia canción.
Las pocas veces que se aleja de este modelo, como sucede en "Los viajes de Simbad", una de las mejores canciones de "El perro es mío", el disco mantiene el pulso, permitiendo además restar importancia a patinazos como "Mereces toda mi atención".
¿Y Richi? Richi es el plan B. Si Fran idealiza el mundo que le rodea potenciando su color, Richi es el encargado de hacer lo propio con la melancolía, una melancolía que se tiñe de colores gracias a unas letras poseedoras de un sentido estético fuera de lo común ("Dicen que ha estallado el reactor // el número cuatro ha volado // y ahora es otro sol" - "Puedes correr cuando yo no esté más // por el campo sobre un caballo zampo // aparte hoy puedo invitarte a dormir en mosaicos del Museo Británico") y ese fraseo profundo y tímido a un tiempo.
Ricardo da voz a la viuda de ese ingeniero nuclear de Chernobil que reivindica su derecho a recordar con una media sonrisa el sentido del deber de su marido, mientras recuerda una despedida semejante a aquella del Mayor Tom cuando decidió quedarse flotando en el espacio.
También es el encargado de recuperar el hacha de doble filo costabravista, la que pendía sobre esas historias de fama tan pequeña como efímera en, por ejemplo, "Falsos mitos sobre la piel y el cabello" (quién te recibe al regresar, después de una gira triunfal, con una botella de champán"). "Notre Dame" es fruto del ejercicio de exorcismo que Ricardo lleva a cabo para defender su ilusión y su predisposición a seguir haciendo canciones mientras le dejen ("Dime cuánto puedes amar a alguien que no vuelve a casa con dinero ni la prensa le aclama // Me asusto por nada, por nada de nada").
Sí, está claro que sigo teniendo miedo al exceso de producción, a perderme cosas... pero si algo me produce incertidumbre y ansiedad en ese sentido es que haya tantas personas que:
1. No se enteren de que existen estas canciones.
2. Las desprecien
2.1 Por simplistas
2.2 Por elitistas
El disco es suyo. Enhorabuena y gracias.
Serrera era un tipo clarividente y con un agudo sentido del humor. Recuerdo una proyección de un busto femenino rescatado del mar, de época tardo arcaica si no me equivoco; era clavadita a "Nuestra Reina Sofía", según él mismo dijo. Fue el único motivo por el que lo puso; sus clases no tenían un guión cerrado y buscaban obligar a trabajar al ojo, la percepción y la sensibilidad para empezar a alimentar nuestra capacidad para sacar conclusiones propias.
Luego me cambiaron de turno y mi profesor de Arte Clásico resultó ser uno de esos catedráticos adocenados, vagos y planos, ejemplar de esa casta de profesor universitario contra la que (dicen) se ha elaborado el Plan Bolonia. De éste corrían mil chismorreos acerca de sus aventuritas con alumnos que, a la postre, quedaron más que bien colocados, pero esa es otra historia...
El caso es que, antes de irme al turno de este individuo, a Serrera -que falleció con cuarenta y seis años unos meses más tarde- le dio tiempo a desmontar uno de esos mitos y prejuicios con los que uno se acerca al Arte, así con mayúsculas. Y es que la gente piensa que en Grecia todo el mundo se la pasaba hablando de filosofía, democracia, orgía p'arriba y p'abajo con los mozos, el río que fluye pero permanece, el que ni permanece ni fluye, el mirón de Fidias que me ha dicho que si Pericles no arregla la curva de la finca de Praxiteles, no van a acabar las caídas hípicas... Y no, aquello no era la arcadia (con perdón) cultural que se ha pretendido vender.
El enorme número de esculturas que se ha rescatado de la antigüedad no procede casi nunca de las manos de un artista, sino de un taller, una especie de fábrica. Es decir, hablamos de artesanía, de producción en serie. Por eso, cuando el profesor Serrera ponía una diapositiva de una escultura griega, siempre añadía que no era obra de un escultor, sino de un hacedor de esculturas que, además, no necesariamente copiaba un modelo -como haría una orquesta de feria- pero sí reproducía sin parar una serie de parámetros estéticos -Francisco Nixon.
Bueno, el prólogo me quedó algo largo, pero ya llegué donde quería llegar. Además, coincide con lo que decía Fran sobre la música actual en la anterior entrada. El lunes, en cambio, me preguntaba hasta qué punto era útil este disco... Bueno, pues para mí lo es y para mucha otra gente lo será. Es más, estoy seguro de que este trabajo podría ser disfrutado, asimilado y elevado a la categoría de imprescindible por un número de personas cercano al que, no hace mucho tiempo, llevaba a obtener ese estúpido título de disco de platino con el que tanto nos tomaron el pelo a los que, de púberes, escuchábamos los 40 subnormales, pero vivimos en un mundo donde la mayor parte de la gente -es que, olvídese... no me estoy refiriendo a usted, ni a usted tampoco; pertenece a una élite; no se engañe- califica esta música de rara.
¿Rara? Bueno, sí, es raro encontrar canciones que ilustren la vida cotidiana sin caer en cierta complacencia, cursilería, afectación o, en otro sentido, populismo. El otro día, alguien -a quien ni quiero ni respeto menos por ello- me dijo que Celtas Cortos habían sido pioneros de las letras comprometidas. Pues vaya... Imagino que es una cuestión de gustos, pero para mí posee mucho más compromiso una canción como "Inditex", que nos narra la vida de una Petra moderna; una chica que, seguramente, habría llegado a ser personaje de Escobar si éste hubiera empezado a dibujar hoy y no en los años cuarenta.
Qué decir de "Brackets". Cualquiera que haya tenido una pareja con algún tipo de invervención dental sentirá algo muy especial al escuchar esta canción. Yo no voy a contar mi vida aquí...
Es preciso aclarar una vez más que no hay ironía; más bien todo lo contrario, idealización. Fran parece manifestarse como un hombre que mira al mundo agradecido por encontrarse rodeado de belleza, una belleza que casi siempre subima cuando se trata de hablar, no de mujeres, sino de LA mujer, un concepto mucho más genérico y abstracto, plenamente romántico, que le permite componer una oda a las estudiantes juerguistas (Erasmus borrachas), pero también a su pareja estable (Nombres y teléfonos).
En parte, ahí radica el mérito de Fran, en seguir encontrando, casi cincuenta años después, la manera de (re)crear la canción pop, de trasladar a la partitura situaciones, personajes y tipologías sociales que necesitaban y merecían su propia canción.
Las pocas veces que se aleja de este modelo, como sucede en "Los viajes de Simbad", una de las mejores canciones de "El perro es mío", el disco mantiene el pulso, permitiendo además restar importancia a patinazos como "Mereces toda mi atención".
¿Y Richi? Richi es el plan B. Si Fran idealiza el mundo que le rodea potenciando su color, Richi es el encargado de hacer lo propio con la melancolía, una melancolía que se tiñe de colores gracias a unas letras poseedoras de un sentido estético fuera de lo común ("Dicen que ha estallado el reactor // el número cuatro ha volado // y ahora es otro sol" - "Puedes correr cuando yo no esté más // por el campo sobre un caballo zampo // aparte hoy puedo invitarte a dormir en mosaicos del Museo Británico") y ese fraseo profundo y tímido a un tiempo.
Ricardo da voz a la viuda de ese ingeniero nuclear de Chernobil que reivindica su derecho a recordar con una media sonrisa el sentido del deber de su marido, mientras recuerda una despedida semejante a aquella del Mayor Tom cuando decidió quedarse flotando en el espacio.
También es el encargado de recuperar el hacha de doble filo costabravista, la que pendía sobre esas historias de fama tan pequeña como efímera en, por ejemplo, "Falsos mitos sobre la piel y el cabello" (quién te recibe al regresar, después de una gira triunfal, con una botella de champán"). "Notre Dame" es fruto del ejercicio de exorcismo que Ricardo lleva a cabo para defender su ilusión y su predisposición a seguir haciendo canciones mientras le dejen ("Dime cuánto puedes amar a alguien que no vuelve a casa con dinero ni la prensa le aclama // Me asusto por nada, por nada de nada").
Sí, está claro que sigo teniendo miedo al exceso de producción, a perderme cosas... pero si algo me produce incertidumbre y ansiedad en ese sentido es que haya tantas personas que:
1. No se enteren de que existen estas canciones.
2. Las desprecien
2.1 Por simplistas
2.2 Por elitistas
El disco es suyo. Enhorabuena y gracias.
15 Comments:
Más que genial, Isaac. La serie de posts de Francisco Nixon es exquisita, pero este ha sido es una explosión de talento, buen gusto y lucidez.
Me voy a tatuar cinco o seis frases(empezando por la de derecho y morir de pena).
De lo mejor que he leído en tiempo.
Qué semana.
eva
Isaac me salve por los pelos, cinco años estudiando Derecho, otros cinco de Oposiciones, y aqui estoy vivito y coleando, sin pena y con gloria.
Que jurista hemos perdio contigo!!!!
A los dos: Que conste mi admiración a la gente que, a pesar de haber pasado por ahí, es alegre. Gracias!
Plas plas plas!!!!
Felicidades por la entrevista y por este maravilloso epílogo.
Tu blog se está convirtiendo para mi en una especie de hemeroteca donde acudo de vez en cuando a mirar y recordar algunas cosillas...
Felicidades de verdad.
Buenísimos los posts dedicados a Francisco Nixon. Qué manera de exponer todas las ideas que rodean a este hacedor de esculturas (tu profesor dio en el clavo...)
Yo también soy más amable desde que escucho a La Costa Brava...
Enhorabuena por haber hecho una escultura tan perfecta.
Trini
Gracias a ustedes, oigan, que si no, uno no escribe.
Loco loco loco...he estado pensando en el correo que te envió Javi el otro día sobre las letras y tal, sobre todo al leer lo de Inditex...ahora bien, ¿crees que el disco puede conseguir la misma sensación de embriaguez que nos trasmites con el post?..la cotidianeidad es explotable hasta cierto punto (y lo digo porque no son los primeros temas de Fran con esta temática) pero, si te excedes, ¿no lo conviertes todo en una coña permanente?
He esperado a escuchar un par de veces el disco par ver si estaba de acuerdo con tus impresiones y releer la presentación de cada uno de los temas que hizo Fran en su blog. Sigo sintiendo entusiasmo con el disco, lo que significa- lejos de mi capacidad crítica- que me parece bueno y que me tendrán que aguantar como fan al menos unos años. Coincido contigo en la mayor parte de las impresiones aunque lamento que olvides en tu análisis, la que para mí es la joya de este último trabajo de Nixon: "Museo Británico". El plan B se va haciendo cada vez más imprescindible. Fran tiene algunas dificultades con las letras (Él mismo lo dice sobre "Mereces toda mi atención" y "Traficando", algo q me he asombrado al releerlo porque yo había pensado lo mismo) y a Richi parece que le sobren historias. Creo q el tándem está muy equilibrado y recuerdo perfectamente lo q me dijiste acerca del trabajo del productor, otro acierto.Desde las maquetas hasta el perro que hoy escuchamos las canciones han experimentado un cambio notable que las mejora mucho.
Yo te agradezco q fueras el primero en descubrir "Notredame" y que me reconciliaras con "Erasmus borrachas". El espíritu de este post se mantiene al terminar de escuchar el disco. Enhorabuena.
Un saludo,
eva
Anónimo: Bueno, cada cual es libre de interpretar cualquier canción y cualquier obra de arte como le plazca o como le llegue. Lo que para mí está claro es la intencionalidad del autor en este caso: No es hacer gracia ni comedia bufa; tampoco es que sea triste, a ver... simplemente es reflejo del día a día. ¿Que siempre hace lo mismo? Sí, es lo que le distingue, pero es que no es fácil hacer una cosa, hacerla bien y encima que sea tu seña de identidad.
Eva: Hola! No he olvidado Museo Británico, no? He destacado algunos de sus versos. Lo del Plan B no es peyorativo, al contrario. Me parece una idea complementaria a la de Fran. Besitos.
ayayayaya, si es que yo también leo a veces sin fijarme: (...lo siento!!! metida de pata...y sobre lo del plan B, ya sé que no era peyorativo, yo no lo había interpretado así nunca, lo que quería destacar en el comentario era que Richi cada vez está más - uf, cómo decirlo- ¿maduro musicalmente hablando? eso...(me dá miedo equivocarme con las palabras) La complementariedad- y la complicidad que existe entre ambos- es innegable. Y es un lujo para nosotros q la percibimos!!
Más besos
Cuando hace varios años descubrí La Costa Brava y me aficioné al blog de Fran, aquel six.co o algo así, a un amigo a mí nos gustaba leer lo que contaba Fran pero nos agobiaba su corte de aduladores, un tal Isaac era de los que más repelús nos daba.
Años respeto más tu admiración por Fran, y la mía se ha serenado, ya no encuentro ya tan interesante su blog pero en entrevistas como la que le haces se ve un tío cabal, sincero y que piensa las cosas antes de decirlas, muy buen trabajo.
Aún no he escuchado el disco, por un lado estoy esperando el envío de la fnac y por otro la descarga del soulseek, ¿qué llegará antes?, pero lo que he oído hasta ahora me encanta, especialmente Inditex y Reactor nº4.
Sobre el prólogo, por una parte decir que las esculturas clásicas que han llegado a nuestra época son réplicas romanas de los patrones griegos.
Sin invalidar cómo lo relacionas con Fran no estoy muy de acuerdo con tu profesor, el discóblo es obra de Mirón, aunque no haya tocado un cincel el trabajo intelectual, el diseño, la proporción, todo es de Mirón, o de quien corresponda. En arquitectura se dice mucho que tal edificio no es de Foster o Moneo o Toyo Ito sino de su estudio, como si el disco de Fran no fuese suyo sino de Paco Loco y el que graba los cedés.
Yo hace tiempo que tengo dudas del sentido que tiene mostrar en los museos esculturas rotas sin poner al lado una répñica completa para entender esa obra de arte.
Uf! esto último que dices da para muchos vinos... En Valladolid... ¿no?:)
Así que te daba repeluco... vaya, vaya... qué tiempos los de ese twentysix o como leches fuera..
La expresión debería haber sido "Años después respeto...", aunque parece que se ha entendido.
Ese tema da para al menos una botella de ribera, una de barbadillo y varias cañas pues está vinculado con el tema del Edificio de la Aduana sobre el que nunca llegue a escribir mi opinión.
Espero que sea más pronto que tarde ;)
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