Vértigo y repelús
Hoy hace setenta años que finalizó la Guerra Civil. Yo no soy muy de aniversarios; creo que cualquier día es propicio para debatir de lo que sea, pero bueno, haré una excepción.
Y la haré por toda aquella gente que aún pone en duda (o que de repente pone un duda) que en España hubo un golpe de estado.
A todos ellos, aunque tampoco son de pasarse mucho por aquí, les invito a ver los siguientes vídeos.
El primero es un fragmento de "Canciones para después de una guerra", la obra maestra de Basilio Martín Patino. La primera vez que la vi, quedé sobrecogido por esta copla y, la verdad, el resto de la película casi me sobró después del brutal impacto. Me impresionó la manera de cantar de Celia Gámez, su chulería, su total falta de consideración o respeto hacia la gente, hacia, como mínimo, una parte importante del pueblo... pero reconozco que al mismo tiempo me daba morbo; me movía algo oscuro y feo. Esa sensación que produce el encontrarse ante la maldad más absoluta, supongo. Una maldad que uno no puede concebir que haya llegado a existir; quizá por ese componente surrealista tan acusado como estrafalario. Como en esa imagen en la que, en su boda, la cupletista entra en la iglesia de los Jerónimos del brazo de Millán-Astray tras la famosa imprecación ("A mí, la Legión") del general tullido a sus hombres.
También me sobrecogieron las imágenes: personas huyendo despavoridas por los bombardeos (el director juega con el sonido haciendo que la música se pare para que se oiga el motor de los aviones), viejas con el rostro desencajado por el terror y la impotencia, colas... Luego todo cambia: rostros sonrientes, cambios de nombres de calles, gente que se sube al carro de los vencedores...
La cinta de Martín Patino te lleva a repudiar inmediatamente cualquier tipo de idealización del misticismo bélico, no ya sólo por el sufrimiento, sino por lo que es peor, la actitud de los ganadores, o de los que se apuntan al bando vencedor. La segunda parte del vídeo es mucho más asquerosa que la primera.
Además de este fragmento, incluyo otro que encontré buscando el anterior y donde el pretendido documental prescinde, directamente, de la primera parte. Es decir, sólo vemos gloria, esplendor y prez. De las miserias de la guerra, ni un solo fotograma. Total, eso le ocurrió a los otros...
Y la haré por toda aquella gente que aún pone en duda (o que de repente pone un duda) que en España hubo un golpe de estado.
A todos ellos, aunque tampoco son de pasarse mucho por aquí, les invito a ver los siguientes vídeos.
El primero es un fragmento de "Canciones para después de una guerra", la obra maestra de Basilio Martín Patino. La primera vez que la vi, quedé sobrecogido por esta copla y, la verdad, el resto de la película casi me sobró después del brutal impacto. Me impresionó la manera de cantar de Celia Gámez, su chulería, su total falta de consideración o respeto hacia la gente, hacia, como mínimo, una parte importante del pueblo... pero reconozco que al mismo tiempo me daba morbo; me movía algo oscuro y feo. Esa sensación que produce el encontrarse ante la maldad más absoluta, supongo. Una maldad que uno no puede concebir que haya llegado a existir; quizá por ese componente surrealista tan acusado como estrafalario. Como en esa imagen en la que, en su boda, la cupletista entra en la iglesia de los Jerónimos del brazo de Millán-Astray tras la famosa imprecación ("A mí, la Legión") del general tullido a sus hombres.
También me sobrecogieron las imágenes: personas huyendo despavoridas por los bombardeos (el director juega con el sonido haciendo que la música se pare para que se oiga el motor de los aviones), viejas con el rostro desencajado por el terror y la impotencia, colas... Luego todo cambia: rostros sonrientes, cambios de nombres de calles, gente que se sube al carro de los vencedores...
La cinta de Martín Patino te lleva a repudiar inmediatamente cualquier tipo de idealización del misticismo bélico, no ya sólo por el sufrimiento, sino por lo que es peor, la actitud de los ganadores, o de los que se apuntan al bando vencedor. La segunda parte del vídeo es mucho más asquerosa que la primera.
Además de este fragmento, incluyo otro que encontré buscando el anterior y donde el pretendido documental prescinde, directamente, de la primera parte. Es decir, sólo vemos gloria, esplendor y prez. De las miserias de la guerra, ni un solo fotograma. Total, eso le ocurrió a los otros...
5 Comments:
Pues tengo esta peli en dvd y casi no me acuerdo, a ver si la vuelvo a ver...Esta semana he visto la noche tematica del sábado, un documental sobre los niños de Guernica, un hecho como decian que a pesar de su importancia y excepcionalidad ha sido silenciado, viendolo queda claro el porque, otro documental sobre los marroquíes que combatieron en la guerra civil, y el último era el sobrecogedor, trataba sobre la construcción del canal del bajo Guadalquivir a manos de presos politicos, lo impresionante no era solo lo que contaban ellos sino ver hablar a sus mujeres y a una hija, con ellas ya no podias aguantarte las lágrimas, y cuando una decia que de ellas nadie habia hablado tenia razón, porque al final ellas lo habian pasado igual de mal o más que sus maridos. No se si será posible verlos en la pagina de RTVE, en cualquier caso muy recomendables, esta es la información, http://www.rtve.es/FRONT_PROGRAMAS?go=111b735a516af85ccdc4135d9df82c2e123009d61eb00f778b60af793b191c310b014be2c0af0aca243fb02e040d5c55206088c78dd33300eabca6095ed86a5c4a80f3381ae411eb
Sabía q esta semana tu post requería un rato de calma y al fin lo he ecncontrado. Me ha impresionado más de lo q ya esperaba. La voz de Celia Gámez es terrorifica, porque como tú dices es la de la maldad absoluta, pero no sé si por el surrealismo o por la desproporción de crueldad contenida que hay en toda la letra, y sobretodo en esas carcajadas finales, que son de pesadilla y noche en blanco.
No he visto la peli, pero has despertado mi curiosidad.La buscaré.Y buscaré también la noche temática del sábado último.
Creo q es necesario recordar y q no se puede construir una verdadera justicia sobre el olvido.Para mí esos dos términos son irreconciliables.
POr eso celebro q hayas escrito este post con aniversario. Un abrazo,
eva
Hasta hoy no he visto los comments. He estado por ahí.
Pues sí, pero bueno, no sé... Yo es que no tengo ninguna confianza en el género humano. No me escandaliza lo que hicieron los ganadores de la guerra, sino el género humano. Parece que estuviéramos hablando de que esa guerra se ganó con una proporción de 2 a 8 y no creo que fuera así. Pienso que la mitad de España estaba de acuerdo con los golpistas. Si no, todo hubiera sido insostenible, por mucha fuerza que se hubiera utilizado. Claro que esta es otra verdad incómoda...
En resumen, que la culpa es en gran medida de la gente, de la gente que no fue víctima, claro, pero que no eran ni dos ni tres, sino un huevo.
Es decir, que cualquier ganador se habría comportado de la misma manera, vaya...
Ya, yo hablaba también de eso del olvido de las víctimas.Bueno, besos
Publicar un comentario
<< Home