Cameo express y FREEk! Septiembre
Los que sean seguidores de "Cuéntame" no sé si se darían cuenta el otro día de que fugazmente aparecía cierto personaje que, desde 1977, comenzó a ser fundamental. Y no, no estoy hablando de Adolfo Suárez, sino de Carlos Berlanga. Ignoro si el amigo de Mercedes que hace teatro experimental está recreando la figura de algún actor importante o si esa obra realmente formó un escándalo en su época. Lo que me parece muy divertido es que los guionistas hayan tenido a bien figurar una aparición de Carlos Berlanga en el camerino para saludar a su supuesto amigo: "¡Hooola, Caaaarlos!". Encantador. Para quien le interese, es en el minuto 37.
Y como estamos a 22 de septiembre y los compañeros del FREEK! no han debido tener tiempo con lo del Monkey Week de actualizar la revista, subiré aquí mis contenidos de este mes a lo largo de dos o tres días.
YO LA TENGO
Popular Songs
Matador
Con Yo la Tengo sucede exactamente lo mismo que con Sonic Youth. Son bandas cuya existencia supera ampliamente los veinte años; han sido decisivamente influyentes y se les supone un nivel de vida medianamente holgado, manteniéndose siempre en equilibrio sobre la línea que separa la independencia de la esclavitud que supone el éxito masivo. Han aportado mucho; demasiado; tanto que cada disco de ellos no puede sino ser analizado como una reválida. Es algo injusto. Sobre todo si uno no sabe muy bien si realmente el trío de Hoboken ya agotó (lo que sería lógico) todos sus cartuchos o si, sencillamente, lo que se esfumó fue nuestra capacidad de sorpresa. ¿Qué pasaría si fuera este disco el que incluyese “Tom Courtenay”, “From a Motel 6” o “Cherry Chapstick”? Igual a más de uno le pasarían desapercibidas. Conste que firma alguien que en un concierto de YLT se siente como Cuttlas cuando va a ver a Kraftwerk, pero que, al mismo tiempo, lamenta haberlos conocido. Preferiría descubrirlos ahora. De esa manera, no estaría mediatizado por mis expectativas y sumaría a la batería de clásicos los incontestables guitarrazos de “Nothing to hide”, el juego soul (y swing) materializado en el adelanto “Periodically Double or Triple”, o el surf de “When it’s dark”, cuya melodía parece perseguir una revisión del clásico “Sloop John B.” El disco se cierra con dos temas, marca de la casa, que, juntos, suman una media de diez minutos; otra lección de cómo alargar un monólogo sin aburrir. Tomé distancia, volví y pienso igual: el disco está a la altura.
CUATRO FREEKS
CYCLE
Sleepwalkers
Subterfuge / Pias
David Kano sigue a lo suyo. Dedicado a la manufactura de discos que nunca van a gozar del respeto de los puristas y que pocos se atreven a defender en voz alta; más bien, aproximándose a un concepto que al publicista madrileño le debe divertir bastante, el de guilty pleasure. Yo, si me lo permiten, ejerceré una vez más de Guardiola y me situaré en un plano equidistante y sereno. Y es que no alcanzo a asimilar del todo el daño que puedan causar Krakovia o Cycle a la música ni a los oídos. En una era en la que nadie inventa nada y, tanto la producción como la prensa musical parecen atrapadas en un bucle infinito de recreación de viejas fórmulas la una, y de vindicación de referentes atemporales la otra, empieza a resultarme hipócrita y cansino ese dedito acusador señalando de manera implacable la falsedad de gente como Kano. Yo lo reduciría a otra cosa mucho más sencilla, a la utilidad o no de sus discos y de sus canciones, es decir, al primitivo punto de partida del personal sentido del gusto de cada uno. En el caso que nos ocupa, el punto macarra, petardo y tan machaconamente sexual de “Sleepwalkers” se me hace insuperable y agotador por momentos, pero no pongo en duda que, lejos de mi salón y en una noche de desfase y luces de colores, me encantaría reconocer “Back for good” o “Bust me”, como me sucedió con “Confussion” o “Apple Tree”. Lo que no tiene sentido es que si le pinchan semejantes trallazos usted se rasgue las vestiduras y dirija su mirada inquisidora al Dj. Aún no se inventó la Real Academia del Pop. Relájese.
TRES FREEKS
Y como estamos a 22 de septiembre y los compañeros del FREEK! no han debido tener tiempo con lo del Monkey Week de actualizar la revista, subiré aquí mis contenidos de este mes a lo largo de dos o tres días.
YO LA TENGO
Popular Songs
Matador
Con Yo la Tengo sucede exactamente lo mismo que con Sonic Youth. Son bandas cuya existencia supera ampliamente los veinte años; han sido decisivamente influyentes y se les supone un nivel de vida medianamente holgado, manteniéndose siempre en equilibrio sobre la línea que separa la independencia de la esclavitud que supone el éxito masivo. Han aportado mucho; demasiado; tanto que cada disco de ellos no puede sino ser analizado como una reválida. Es algo injusto. Sobre todo si uno no sabe muy bien si realmente el trío de Hoboken ya agotó (lo que sería lógico) todos sus cartuchos o si, sencillamente, lo que se esfumó fue nuestra capacidad de sorpresa. ¿Qué pasaría si fuera este disco el que incluyese “Tom Courtenay”, “From a Motel 6” o “Cherry Chapstick”? Igual a más de uno le pasarían desapercibidas. Conste que firma alguien que en un concierto de YLT se siente como Cuttlas cuando va a ver a Kraftwerk, pero que, al mismo tiempo, lamenta haberlos conocido. Preferiría descubrirlos ahora. De esa manera, no estaría mediatizado por mis expectativas y sumaría a la batería de clásicos los incontestables guitarrazos de “Nothing to hide”, el juego soul (y swing) materializado en el adelanto “Periodically Double or Triple”, o el surf de “When it’s dark”, cuya melodía parece perseguir una revisión del clásico “Sloop John B.” El disco se cierra con dos temas, marca de la casa, que, juntos, suman una media de diez minutos; otra lección de cómo alargar un monólogo sin aburrir. Tomé distancia, volví y pienso igual: el disco está a la altura.
CUATRO FREEKS
CYCLE
Sleepwalkers
Subterfuge / Pias
David Kano sigue a lo suyo. Dedicado a la manufactura de discos que nunca van a gozar del respeto de los puristas y que pocos se atreven a defender en voz alta; más bien, aproximándose a un concepto que al publicista madrileño le debe divertir bastante, el de guilty pleasure. Yo, si me lo permiten, ejerceré una vez más de Guardiola y me situaré en un plano equidistante y sereno. Y es que no alcanzo a asimilar del todo el daño que puedan causar Krakovia o Cycle a la música ni a los oídos. En una era en la que nadie inventa nada y, tanto la producción como la prensa musical parecen atrapadas en un bucle infinito de recreación de viejas fórmulas la una, y de vindicación de referentes atemporales la otra, empieza a resultarme hipócrita y cansino ese dedito acusador señalando de manera implacable la falsedad de gente como Kano. Yo lo reduciría a otra cosa mucho más sencilla, a la utilidad o no de sus discos y de sus canciones, es decir, al primitivo punto de partida del personal sentido del gusto de cada uno. En el caso que nos ocupa, el punto macarra, petardo y tan machaconamente sexual de “Sleepwalkers” se me hace insuperable y agotador por momentos, pero no pongo en duda que, lejos de mi salón y en una noche de desfase y luces de colores, me encantaría reconocer “Back for good” o “Bust me”, como me sucedió con “Confussion” o “Apple Tree”. Lo que no tiene sentido es que si le pinchan semejantes trallazos usted se rasgue las vestiduras y dirija su mirada inquisidora al Dj. Aún no se inventó la Real Academia del Pop. Relájese.
TRES FREEKS
2 Comments:
Cycle vaya, escucharé esto último que no sabía ni que había salido, pero Road Movie de Krakovia me pareció un discazo, energia a raudales, si aún tuviese vida nocturna bsucaría cualquier bar en el que sonase.
Conociéndote "", debió resultarte muy emocionante ver a Carlos Berlanga con Antonio Alcántara.
Me pareció un detalle muy simpático, sí :)
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