08 septiembre 2009

Oasis y la muerte (pre) matura

El otro día mi novia me contaba que un amigo suyo de Nueva York andaba tristísimo por la separación de Oasis, que se había cargado en el i-pod todo lo que tenía de ellos y que llevaba dos días sin escuchar otra cosa y sin superarlo.

Y qué quieren que les diga... uno con ese complejo de sentirse un listillo, con ese angelito de la guarda golpeándole en el hombro diciendo "cállate, que cualquier cosa que digas te va a hacer pasar por pedante, por resabiao...". Y, lo peor, por tercera vez en lo que va de 2009. ¿He perdido mi capacidad de sopresa o es que aún el azar no me ha llevado a intercambiar con nadie una serie de conclusiones que me parecen evidentes?

¡Qué fan que fui de Oasis! Fui tan estúpidamente fan... Me hicieron perder tanto tiempo con esa estúpida necedad primerizo-post-adolescente que me hacía llegar a creer que después de ellos no había nada... Sí, señores, yo era de esos que, si escuchaba a Blur, luego lo negaba. No me vale la excusa de que tenía dieciocho, veinte o veintiún años. Me comporté como un gilipollas y no hay nada más que decir.

Leía todo lo que podía sobre ellos y, bueno, afortunadamente en aquel momento internet no había acaparado aún nuestras vidas, si no me habría pasado años mirando vídeos en Youtube, imagino que completamente atontado y alelado.

La fijación tenía sus motivos. Me gustaban mucho, sí, pero un seis de enero apareció una caja de singles; eran los del "(What's the story) Morning glory?". Yo no la había pedido. Ni siquiera sabía que existía. El subsiguiente resultado fue que quedé alucinado con las caras B y no alcanzaba a comprender cómo podían acabar arrinconadas en el banco de los suplentes sin que nadie hiciera nada por darlas a conocer. Ello contribuyó decisivamente al incremento de mi pesadez en mi incesante labor proselitista. Los que compartieron piso conmigo aquellos años y lo sufrieron pueden dar fe; también mi novia de entonces y hasta su hermana. ¡Me atrevía hasta con mi cuñada por mi grupo!

Bueno, aún ahora sigo pensando que los dos primeros discos de Oasis son dos obras maestras. Lo que no es de recibo es que perdiera el tiempo defendiendo medianías como "Be here now", que, ahora lo puedo reconocer, no me lo creía ni yo, a pesar de que ese tercer trabajo contaba con canciones notabilísimas, como "Don't go away" o, mi favorita, "Fade in-out". En mi defensa argüiré que en el otro bando lo que me encontraba no eran tampoco fans de Blur, sino de Offspring o del trip-hop y la electrónica más de diseño que te puedas echar a la cara, así que, bien visto, se merecían que les diera la pelma.

A partir de ahí, destellos contados en "Standing on the shoulder of giants" y "Heathen chemistry"; siempre manteniendo la tendencia descendente y sin atisbos de levantar el vuelo. Me costó asumir que no me compraría el "Don't believe the truth"; una ex- compañera de la fnac me guardó la edición especial en un cajón durante meses. Nunca fui capaz de decirle "déjalo, no me lo guardes más que no me lo voy a comprar". Y es triste cuando lo mejor que puedes decir de un disco es un "Pues, ¿sabes? No está mal, tío"; es lo que me ocurrió, a grandes rasgos, con el reciente "Dig out your soul".

Así que el hecho de que se separen Oasis me parece una buena noticia. Creo que, parafraseándoles -últimamente eran insoportablemente cínicos-, su continuidad como grupo era "una pérdida de tiempo". Cada disco que han editado después del "Be here now" no ha conseguido más que dilapidar su propia historia e imposibilitar el crecimiento de un mito que, ya de salida, partía con indisimulada impostura.

Habrá a quien le turbe la sorpresa, lo inesperado del hecho. Bueno, sí, a medias. Era evidente que los hermanos no se soportaban. Nunca lo hicieron. Eso sí que no era impostado. Estaba claro que "el bueno" se cansaría cualquier día. Al fin y al cabo, tampoco quedaba nadie de la formación original, que era la más auténtica y divertida.

Pero decía que es la tercera vez en lo que va de año que me quedo en plan como "bueno, ¿y qué? En realidad es lo mejor que podía pasar(le/s)".

No entiendo por qué hay quien pretende que sus ídolos vivan eternamente. ¿Para qué? ¿Para tenerlos como meras mascotas con las que identificarse ante el colectivo? Está claro que el hombre moderno no admite la muerte. ¿Cómo va a admitir la muerte si no admite que GMail se le caiga durante media hora? Sin embargo, prefieren ver vivo a ese hombre al que dicen admirar, aún a fuerza de comprobar cómo pierde el norte (y la dignidad) día a día. Porque del pobre Jacko sólo escuché hablar bien a dos o tres personas en los últimos años; el resto se dedicaba a reírse de él. Y era normal. Estaba acabado en todos los sentidos, absolutamente devorado por la-otra-cara-del-éxito, colonizado por todo tipo de parásitos y gente mala que, según parece, se aprovechaban de los restos del naufragio de un buen tipo. Todo parece indicar que vivía en un infierno y que, de haber sobrevivido al ataque que se lo llevó por delante, le habría esperado una vejez incómoda, desagradable, doliente y precaria.

Tanto como la que probablemente acechaba a Antonio Vega, éste aún más víctima de sí mismo. No quiero imaginar cómo debía encontrarse ese sistema digestivo -por decir algo- después de casi treinta años de adicción a la heroína.

Ya. Está claro que el caso de Oasis no es el mismo. Sólo estaban musicalmente acabados, convertidos en una versión prematura de los Rolling y su permanente estafa de última-gira-juntos. Nada comparable a estar física y anímicamente destrozado. A estar a la última pregunta. Ese estado que, cuando se trata de un ser querido el que expira, no nos lleva a decir otra cosa que el clásico "ha descansado". Lo contrario es ser un hijo de puta.

7 Comments:

Blogger evamaring said...

Clap, clap, clap...uf! Ahora, después de leerte sé cuánto había echado este blog de menos!!!
Toda la razón. Queremos q nuestros ídolos sean inmortales pero nosotros mismos nos los cargamos al primer bostezo. Llegué tarde a Oasis y a Blur, de ahí q no fuera fan de ninguno. Me libré de situaciones como las q tú cuentas en las q yo también he caído. Hay q ser fan con criterio.
Un abrazo y bienvenido
eva

09 septiembre, 2009 08:13  
Blogger Isaac said...

Eras muy joven aún, Eva, muy empollona ;)

09 septiembre, 2009 08:48  
Blogger evamaring said...

jajajjaa...eso era exactamente!!!;)

09 septiembre, 2009 11:21  
Blogger vinosPOP said...

"¿Cómo va a admitir la muerte si no admite que GMail se le caiga durante media hora?"

por aquí también se te echaba de menos.. :)

10 septiembre, 2009 09:35  
Anonymous Groucho said...

Lo mejor de la separación de Oasis es que has vuelto a escribir.

Dicho ésto, debo admitir que tras los tres primeros discos (Be here now me gustó pero las canciones eran insoportablente largas para mi gusto) me volví muy Blur. Instrumentalmente superiores pero sin la mitad de talento compositivo del Older brother. Así que sí, por lo menos a mí me gustaban las dos bandas.
Me alegro de que se hayan separado porque fuí muy fan y les quise y quiero lo mejor para ellos. a ver si cunde el ejemplo con U2. con lo que yo les quise en el 91-93 y los disgustos que me han dado después!!!

10 septiembre, 2009 09:59  
Blogger Isaac said...

Gracias, vinos :)
Gro: No estoy de acuerdo: Lo mejor de que Oasis se hayan separado es que Oasis se han separado :)

10 septiembre, 2009 11:09  
Anonymous Kike said...

Caramba, deja uno de venir por aquí una semana y aparecen tres entradas nuevas.

Quienes tenemos 33 tenemos nuestra propia historia con Oasis, Blur y todos esos que en el catálogo de TIPO no eran ni nacional, ni rock, ni pop sino "indie".
Un amigo mío se compró casi al tiempo What's the history... y Parklife y me los grabó en un casete, el muy pirata, así que nunca entendí esa rivalidad.

Tras años de menospreciarles hace un par de años recuperé su tres primeros discos y me parecieron un grupo cojonudo, pero que no ha inventado la pólvora. La verdad es que su separación me resbala bastante, estoy bastante harto del mundo rosa-indie.

15 septiembre, 2009 15:27  

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