04 febrero 2008

Radiohead y los 160 kbps

(Cuelgo uno de los textitos del número de enero de la revista)

LA INDUSTRIA Y EL ESPECTRO

¿Qué ha pasado con Radiohead? Tratamos de analizar el tema con rigor. También con ambigüedad. Premisas contradictorias para un asunto lleno de paradojas. Y es que seguimos queriendo música. Pero gratis. ¿Es justo? Además, pretender sentar cátedra con argumentos obvios es que da una pereza de muerte. Un, dos, tres, responda otra vez: La industria no está muerta.

La industria no está muerta. La energía ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma. Madonna ha abandonado Warner por una especie de gestora de servicios integrados (producción, promoción, giras). La industria (pesada) está sufriendo, pero debido a una transformación demasiado lenta. Necesita adaptarse definitivamente.

Necesita adaptarse definitivamente. Las descargas alegales no son de ahora. Llevamos casi diez años con el debate. La venta de discos no ha cesado de disminuir en ningún ejercicio. Antes de que los sistemas de almacenamiento informático se midieran en centenares de Gb y la banda ancha se generalizara, era el DVD (musical o cinematográfico) el que salvaba las cuentas de las macro tiendas y distribuidoras. Ya ni eso. Quejarse no sirve de nada.

Quejarse no sirve de nada. El “todo vale”, tampoco. La industria sigue sin enterarse de que su apuesta por la baja calidad ha banalizado la creación artística. Mientras, la gente no quiere pagar nada por lo que puede obtener gratis. Además, le enseñaron que cualquiera puede ser artista. En el fondo, todo es un problema de prisma, educación y cultura.

Prisma, educación y cultura. Hace poco, unos belgas me preguntaron hasta qué hora debían pagar la zona azul. No repararon en que las multas municipales no llegan a Lieja. No pagar no es el camino. Pagar a posteriori tampoco: Si quiero leer un libro, pago antes. Si no me gusta un restaurante, pago igual. ¿Por qué habría de devolverse el dinero de un disco si no ha gustado? ¿Por qué ha de bajar el IVA de los discos? ¿Por qué el de los libros es menor? Un IVA de ambos al 16% permitiría incrementar los fondos de videotecas y fonotecas públicas. Alguien, de una manera más o menos voluntaria, paga. Pretender que todo sea gratis es de indocumentados. La cultura gratuita es una falacia caduca.

La cultura gratuita es una falacia caduca. Radiohead tira del viejo recurso del pudor para naturalizar la voluntad de pago del fan. Descargarlo gratis es decirle a la cara a Thom Yorke que su música no vale nada. Es el grupo quien, sin intermediarios, cobra. Las recientes ediciones físicas sumarán beneficios a unas descargas que, de otro modo, no habrían aportado nada. Muchos se quieren subir al carro.

Muchos se quieren subir al carro. Como Oasis. La diferencia estriba en que Radiohead no están acabados. Gustarán más o menos, pero su coherencia y regularidad son intachables. “In rainbows” no es su mejor disco, pero es un discazo.

Rigor y ambigüedad. Feliz año nuevo.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hablo desde la postura de lector impulsivo, comprador de libros y, todo hay que reconocerlo, descargador de música por la red.
Lo siento pero creo que el bolsillo del españolito medio, medio-bajo, no se encuentra en disposición de poder permitirse todos los discos/CDs que le apetezca, y además cargar con la hipoteca, el coche, el precio de la leche, los huevos...¿hijos!?
En mi caso, prefiero comprar libros, la música la descargo por internet y si me gusta mucho, me la compro por el placer de tenerlo en casa para la posteridad o como tributo y reconocimiento artístico.
La verdad, en ocasiones noto remotamente el peso de mi conciencia. Los músicos pueden ganar mucho con los conciertos, los escritores no. Si me gusta un Picasso, no lo compro, te lo aseguro, voy a verlo a un museo.
No se puede poner precio al arte, pero, para que haya calidad no necesariamente hay que enriquecer al artista, eso sí tampoco se trata de matarlo de hambre.

Lo siento, esto es una opinión poco meditada, puede que tan sólo intente justificarme, como todo españolito, el orgullo me puede.

06 febrero, 2008 19:32  
Blogger Isaac said...

¡Claro! pero una cosa es enriquecerse y otra poder vivir de ello. Hay mucha más gente de la que piensas que afirma que el músico no tiene por qué cobrar nada. Y creo que tú no eres de esos.
De verdad, no me confundas con el tío Teddy.

06 febrero, 2008 20:20  

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