28 enero 2009

La Aduana II - El dinero

[Ya he creado un álbum en Picasa]

Bien, partimos de una base donde encontramos una unidad estilística de carácter neoclásico, no químicamente puro -aquí no tenemos una Gliptoteca como la de Munich; en todo caso, aspiramos a una o dos GILIptotecas- pero bastante interesante. En arquitectura, esto se manifiesta, desde luego, en el predominio de unos ciertos elementos formales, como el apilastrado y el orden toscano, pero ante todo en el juego de volúmenes que proporcionan las formas simples (cuadrado, rectángulo), el ritmo horizontal de muro/vano, el ritmo vertical -con una división semejante a la que basa, fuste y capitel proporcionan a la columna- y, por supuesto, el equilibrio entre las proporciones y el respeto a la escala humana y urbana.


El derribo de la Aduana forma parte del proyecto de reordenación de la Plaza de Sevilla de Cádiz, ideado por el arquitecto César Portela. Se trata de, como imaginarán, el de la imagen inmediatamente superior. A través de ella pretendo que reflexionen sobre el concepto de escala de este arquitecto. Me explico: El gran volumen longitudinal gris es la nueva terminal ferroviaria, ya construida y en uso; al término de ésta, se ha ideado el mastodóntico hotel de nueve plantas que aparece transversalmente y que, por fortuna, no ha sido erigido aún -su destino lo desconozco en estos momentos; tapado un poquito por mi trazo amarillo se vislumbra la techumbre de la vieja estación ferroviaria del estudio de Eiffel, burdamente restaurada por cierto y, como explicaré ahora mismo, gran subterfugio para el derribo de la aduana; el intento de círculo amarillo corresponde al lugar ocupado hoy día por ésta, lógicamente invisible en este proyecto; a su derecha, ha desaparecido ya también la Comandancia de Marina.

Abordemos primero lo importante, al menos desde el punto de vista teórico. Observen la desproporción entre los edificios de César Portela y el resto de los elementos constitutivos del entramado urbano. En la parte inferior izquierda, pueden comprobar la asfixia que causa la nueva terminal a la muralla, uno de los monumentos que dotan de personalidad a esta ciudad. Echen un vistazo igualmente a otros inmuebles de tamaño considerable, como la Audiencia Provincial -en blanco y amarillo, un poco más arriba- o el Palacio de Congresos, arriba en tono rosado. Si pensamos en escala humana, debemos considerar que la lengua oblicua de asfalto (Cuesta de las Calesas) que aparece en la imagen es lo que las mesuradas medidas de Cádiz han convertido en una vía de anchura considerable; el proyecto la degrada a ridícula.

Bajando la Cuesta de las Calesas se podía ver hasta hace poco el otro lado de la Bahía -quedaría a la derecha de la imagen- y, desde luego, nuestro propio muelle. Ya no es posible, entre otras cosas porque en estos momentos se erige un nuevo mamotreto, justo el que aparece encima del círculo amarillo. No parece muy grande, pero créanmne, lo tapa todo.

Hablemos de la gran mentira, del gran subterfugio, del único argumento que ha ofrecido el ayuntamiento, hasta hace poco, para defender el derribo de la aduana: Si no se prescindía de ella, el ciudadano se perdería la visión de la fachada de la estación de (el estudio de) Eiffel, que, ays, se ha recuperado para disfrute de todos los gaditanos:

Falso: La aduana tiene un cuerpo trasero perfectamente derribable, un apéndice que se añadió para almacenes; elminado éste, la visión de la fachada de la vieja terminal sería factible.

Torticero: En la vieja estación hay proyectado un centro comercial que debe ser visto desde todos los sitios; cada vez que un gran crucero atracare, no sería difícil que algún miembro de esa horda de arios que suele pasear por aquí, dejando mucho menos dinero del que pretenden hacernos creer (ya no hay que ser Onassis para hacer un crucero), vislumbrara desde su balcón el centro comercial, dicho lo cual, esto me parece de lo más comprensible. Respeto a quien me diga que hay que derribar la aduana para que el centro comercial se vea grande, bien grande, pero que me lo expresen claramente, sin ponerse en evidencia con hipócritas argumentos de estética de café con leche.

En cualquier caso, aprovecho para preguntarme si mi futuro en Cádiz pasa, básicamente, por abrir un comercio para así poder llevar a cabo transacciones comerciales con otros comerciantes de la ciudad y ellos, o yo, comerciar con comercios de otras ciudades comerciales. ¿Por qué no pasamos directamente al trueque?

Independientemente del valor en sí del edificio, que abordaré mañana, hay que poner en evidencia un hecho, y es que habría que construir una nueva aduana; como cuando Nerón quemó Roma para hacerla de nuevo. Mola, sobre todo teniendo en cuenta que tan solo la demolición del actual inmueble comportaría un inmoral despilfarro de cinco mil millones de pesetas.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Estoy a favor del derribo de la Aduana, no me gusta el edificio, aunque reconozco que no desentona con la arquitectura neoclasica de la ciudad, como bien dices. Lo mejor seria que el que nos visitara, saliera de la estación de tren y se encontrara directamente el mar, el muelle de la ciudad. Tampoco me gusta la idea de un hotel de 9 plantas, ni un Centro comercial mastodóntico, pero creo que poco podemos hacer contra eso.
En cualquier caso lo unico que quiero es que la escoria politica de la ciudad y de la Junta de Andalucia, dejen de comportarse como niños (la tiro, no la tiro, ahora si, ahora no ..y asi hasta no sabemos cuando), y pongan algo de interés para iniciar la reordenación de la Plaza de una puñetera vez; lo unico que han hecho ha sido colocar una bandera de España gigante, (no me parece mal) pero creo que en Cádiz hay muchas cosas que hacer por los ciudadanos antes que colocar(se) una bandera.

29 enero, 2009 13:53  
Blogger Isaac said...

Por lo que he explicado, el que sale no se encuentra directamente el mar. Mañana, más, pero ahora te adelanto la obviedad de que si sales lo primero que haces es montarte en el coche del amigo que ha venido a recogerte.Creo que hay que pensar más en el habitante que en el visitante, en todo caso.

Respecto a la junta, yo la odio, pero creo que en esta ocasión no se le puede reprochar nada.

El proyecto de plaza... poco tenía de plaza por otra parte...

29 enero, 2009 14:09  
Anonymous Anónimo said...

Si pensamos en el habitante prefiero salir de la Estacion y ver el muelle, que el culo de la Aduana.
A la Junta se le puede reprochar la lentitud en la tramitación del famoso informe que al parecer da mas valor "sentimental" que cultural y monumental al edificio, y que cuando todo el proyecto está redactado y aprobado acabado, sale y dice ahora os jodéis porque la Aduana no se tira.

Todo esto viene de cuanto a la Teo se le ocurrio decir que iba a tirar la Audiencia, y el PSOE salió diciendo que antes la declaraban BIC, y que la Audiencia no la tocaba nadie, y ahora como el Ayto quería tirar la Aduana, la Junta dice que no...lo que yo te diga los dos como niños...y la ¿plaza? sin hacer...En fin lo mismo de siempre politicuchos discutiendo, mirandose el ombligo y pensando como fastidiar al vecino, sin interes para el ciudadano. Y encima la Teo de victima cuando ella al principio queria tirar la Aduana, y ahora monta un cirio porque le dicen que no se tira...tenemos lo que nos merecemos

PD- Isaac picha, pa mi que la gente que lee tu blo se esta aburriendo con este debate local. Escribe ya algo sobre los Planetas o musiquilla de esa que tu escuchas....ja ja..

29 enero, 2009 19:01  
Blogger Isaac said...

Como te decía, mañana más. De plaza, nada y... bueno, mañana más.

De todos modos, la historia no es como la cuentas, no?

En lo que sí tienes razón es en que creo que mis lectores habituales se están aburriendo tela, pero es que... tenía una cuenta pendiente.

29 enero, 2009 19:08  

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