14 noviembre 2005

Lucky Franz!


La clave reside sencillamente en que se siguen divirtiendo. En realidad, debería ser lo normal, puesto que estamos tan sólo ante la segunda entrega de sus aventuras, pero hasta los mismísimos Strokes dejaron ver en su último trabajo algún síntoma de presión tras las grandes expectativas despertadas por Is this it?, su primer largo.

Algo más que la respuesta británica a la ola hype procedente del otro lado del Atlántico. Frescura (honradez), imaginación, descaro... juventud. Todos estos parámetros quedaron bien de manifiesto el pasado 11 de agosto, en un concierto donde U2 acabaron siendo los teloneros de Franz Ferdinand. Los escoceses escocieron bastante más que los irlandeses, que ya no escuecen nada.

Mientras, la épica facilona y el afán de protagonismo siguen gozando de más atención para esos hombres que lo hacen todo en España, o en Reino Unido, o en donde quiera que sea. Unos grupos, que no me voy ni a molestar en nombrar, que hacen del resultado obsesión enfermiza -"colgar una foto de U2 en la pared y echar toda la carne en el asador para derrocar a ese Drago que son U2", proclamaba recientemente el líder de uno de éstos-. Delirios de grandeza que Kapranos, Mc Carthy, Hardy y Thompson ridiculizan con cada verso y con cada riff.

Escuchar a Franz Ferdinand es como ver un partido de la selección holandesa (alegría, improvisación, espontaneidad), mientras que aquellos recuerdan, con suerte, a la peor versión de Alemania, rancios y finalistas. Antifútbol. Antipop.

El primer single de su nuevo trabajo es, sencillamente, apabullante. Do you want to nos sitúa en ese momento en que decidimos cómo, cuándo, dónde, por qué y, por supuesto, quién, va a ser objeto de nuestras pasiones más irrefrenables; no sólo es seguro que vamos a salirnos con la nuestra, sino que el interfecto se debe de sentir afortunado; no cabe el fracaso, no se contempla la frustración, y para ello, si es necesario, nos lo pasaremos bien hasta con sus amigos. Pero lo mejor, hay que insistir, es la frase central, que se nos queda grabada como la tabla de multiplicar del 2: You're so lucky, lucky, lucky, you're so lucky!!, candidata número uno a himno de este otoño-invierno.

El single viene siendo presentado, además, por un vídeo donde el grupo se ríe de todo lo que le sobra de cool y esnob a la creación contemporánea. Mmmmm... imaginar alguna entrada parecida en la "Marlborough" o en "La Casa Encendida" pone la piel de gallina de la emoción...

¡Aaahhh! ¿Qué sería del pop sin este optimismo, sin este tipo de declaraciones de principios?

Por cierto, la semana que viene tendremos a La Costa Brava en Madrid. Otros que saben de lo que hablamos:

(...) Quién podrá hacerlas reir?
Sólo Sergio y yo conocemos tu interior (...)



Isaac Lobatón

12 noviembre 2005

La magia de las anotaciones


Se supone que, básicamente, este es un blog en el que se habla sobre música, y sobre el que Iosu (sí, ya, pronto haré los perfiles y os explicaré quién es quién), que está empeñado en participar pero es demasiado vago para crear el suyo, escribe sobre lo que le apetece, desde el peinado de Julia Otero hasta las bicicletas Otero. Todo de una manera rigurosa y científica. Pero hay hechos en la vida que te dejan fuera de juego, y ante ellos tienes que rendirte.

Esta noche, no hace más de media hora, volviendo a casa tras la fiesta MATADOR, he encontrado todas las ventanillas derechas de los coches aparcados en batería entre Príncipe de Vergara y Serrano, adornadas con un post it en el que se leía lo siguiente:

"J [el nombre completo lo omito, claro...]:

me apetece ir al teatro a ver El Diario de Adán y Eva.
Nos vemos en el Teatro Reina Victoria a las 20:00
Besos
Yo"

Me he permitido el lujo de tomar uno para transcribirlo.

No creo que sea una coña. Nadie se tomaría tantas molestias para una broma. ¡Cuarenta o cincuenta coches con la misma nota...! ¡Todas con la misma letra, los mismos márgenes, todo! Alguien quiere que J lo sepa, pero no tiene claro cuál es su coche, aunque sabe que lo aparca en la zona.

Me parece alucinante. Nunca había visto nada igual. Creo que sobran los comentarios. Es cierto, y siento caer en el tópico, que a veces la realidad supera la ficción, pero semejante hecho parece sacado de una película de Almodóvar o, como mínimo, se antoja potencial argumento para ilustrar algún tema pop elaborado con sensibilidad.

Isaac Lobatón