30 septiembre 2007

El diárico: Young y la lluvia

No hace muchos años, Neil Young estuvo en Jerez en aquel batiburrillo de festival llamado Espárrago Rock. Hace diez días, compareció en el Baluarte de la Candelaria de Cádiz en el marco del Festival de Alcances. Fue uno de los momentos más interesantes, porque la ciudad fue sacudida por una tormenta espectacular con un fuerte aparato eléctrico. Era absolutamente mágico salir a la Alameda tras las proyecciones y contemplar todo el cielo bañado en luces blancas intermitentes, desde el horizonte que se pierde más al Oeste de Rota hasta San Fernando. Friedrich habría sido feliz.

El hecho es que, en medio de todo aquello -porque las películas principales se exhiben en un patio al aire libre-, se había proyectado el documental
Heart of Gold, de Neil Young. El público, en lugar de largarse, se guareció bajo una especie de visera como si Young estuviese de cuerpo presente. "Míralo el tío cómo aguanta sobre el escenario" -oí decir varias veces. Ese es el humor gaditano, y no el pichacojonesmelapelatodo... Fue muy bonito ver cómo el público aguantó más de media hora en pie; nadie quería irse y dejar solo al pobre Young en mitad de aquella tempestad.

Previamente, otra gran cinta sobre la frustrante y frustrada carrera musical de uno de los mayores innovadores del jazz,
Albert Ayler.

He aquí:

Llámenlo América

“Soy como Picasso. La gente no lo entenderá hasta el año 3000.” La frase, pronunciada por Albert Ayler, suena pretenciosa pero no resulta descabellada. Aun hoy, el autor del Gernika no es asimilado por la mayor parte de un público demasiado idiotizado como para admitir este hecho. Las concomitancias son claras. Y las circunstancias, clásicas. Propuestas basadas en la voladura de códigos y estructuras aceptados por todos. El público tiembla. Terror. Volvemos a no entender nada. La crítica excluye. En tercer término, el genio unánimemente respetado –Coltrane en este caso- se ve obligado a apadrinar en solitario la visceral ruptura.

Jonathan Demme, especialista en las profundidades de América (El silencio de los corderos) debe de ser consciente también de que, tal como sustentaría la Navaja de Occam, la mejor opción para retratar a un artista de la tierra es siempre la más sencilla. Optando por esta teoría, Neil Young y su banda de siempre son filmados en una comparecencia con motivo de la presentación del álbum Prairie Wind, en 2005. Entre truenos y relámpagos, el sediento público gaditano disfruta bajo un voladizo de las canciones con forma de línea continua que componen la carrera del genio de Toronto.

La primera de las tres tormentas que sacudieron Cádiz el jueves por la noche, motiva el traslado a cubierto del concierto de Felix Slim. Sólida técnica guitarrera y grandes dosis de ingenio y humor para sobrellevar el contratiempo de tocar blues sin vatios ni tabaco.

28 septiembre 2007

El diárico: La mala fiebre del hype

Aluciné mucho este día con un documental que contraponía las carreras de The Brian Jonestown Massacre (BJM) y The Dandy Warhols (DW). El caso es que a los primeros los presentaba como "perdedores" y a los segundos como "ganadores" del juego del rock. Cosas del director y de la industria, porque a mí me resultaron tan petardos y mediocres los otros como los unos. The Dandy Warhols aparecían como unos chicos buenos que de vez en cuando se hacían pasar por malos y que, como muchos sabréis, deben su fama casi en exclusiva a la canción que utilizó Vodafone para su campaña de 2001/2002. Los de Oregon se mostraban asimismo como victoriosos en una batalla que los mostraba totalmente implicados; la chica del grupo narraba el "desorden y suciedad" en la casa que compartían los miembros de BJM con una indignación y escándalo risibles; y otro componente de los DW, el guitarrista Peter Holmström aseguraba que ellos eran personas normales, que se habían casado y tenían sus hipotecas y sus parejas estables. Alucinante.

Sin embargo, la estupidez de los BJM no le iba a la zaga. La banda, liderada por el pretenciosamente demente Anton Newcombe, ha malgastado años y años en trabajar los conceptos superficiales de la música: Las ventas, la imagen, la actitud y la competitividad bestia. Valorados sobre todo por la actitud de artista loco y atormentado de Newcombe, el grupo funcionó de curiosa mili para futuros miembros de bandas con marchamo de next big thing, como Black Rebel Motorcycle Club y The Raveonettes.

Se antojaba triste comprobar como los BJM, que tampoco es que tuvieran gran cosa, envidiaban y miraban continuamente de reojo el éxito de los DW. Actitud mal entendida. Hasta Loquillo les podría dar un curso sobre el tema...

El segundo documental, nada que ver, versó sobre el sonido Nueva Orleans. Qué diferencia...

Maneras de vivir

Actitudes contrapuestas las que el martes por la tarde expusieron los dos largometrajes exhibidos en el Baluarte. Ante el modo de afrontar el hecho artístico y también ante los subjetivos y variables conceptos de éxito.

Premeditación. El documental emitido en primer lugar enfrentaba las carreras de The Brian Jonestown Massacre y The Dandy Warhols, dos de esos grupos que, si se da una patada al suelo en Norteamérica, le llueven a uno de lo alto. Formaciones átonas que suelen sustentarse en dos engañosos pilares: un ramalazo de genialidad y frescura destinado a alimentar el hype y el enorme peso de la tradición musical de su país; esto es, identidad común pero no individual. Si el grupo se deja hacer, la aun poderosa industria dará un tercer paso: venderlos como los nuevos embajadores de la pureza del rock americano. BJM se quedaron en el camino, mientras DW gozan de una vida cómoda y pequeño-burguesa.

Comparados con los músicos de Nueva Orleans, protagonistas de la siguiente cinta, esos polluelos y su (falsa) búsqueda resultaron, si cabe, aun más burdos. Conceptos como “segunda línea", lugares como el legendario barrio de Treme, o los inmortales nombres de Fats Domino, Louis Armstrong, Earl Palmer o Allen Toussaint fueron desfilando a lo largo de una hora y media corta, pero no habría nunca tiempo para cubrir el inabarcable espacio musical generado desde Nueva Orleans, la madre de la mayor parte de la música popular del pasado siglo... espontáneamente...

27 septiembre 2007

El diárico: Úrsula y los docus de Rufus y Cohen

La doble ventana de Úrsula

Vamos a proyectar imágenes de Bergman. Ya que esto es un festival de cine y que ha muerto...”. Sobre los fotogramas de La hora del lobo y otras obras del maestro sueco, la ensoñación y el poder gravitatorio del Post-Rock de Úrsula. Notas que flotan sobre estancias bien selladas donde no penetran las corrientes de aire, pero, ay, sin ventilación la atmósfera se vicia y el ambiente se torna irrespirable. Canciones de puertas para adentro que transportan al pentagrama emociones puras traducidas a melodías de acero y cristal; frías, funcionales y mínimas. A veces, con la delicadeza de una cajita de música. Da igual si tocan más de este disco o de aquél, porque las canciones no son para nosotros sino por una circunstancia casual. Este es el post-rock de Úrsula. Estanco y críptico. Canciones climalit.

Espacio uniforme. Espacio informe.

Rufus Wainwright no gusta. Proporciona algo más que ese hecho tan simple. ¿Qué? No lo sé. Quizá la sensación de hallarse ante esa serena perfección, similar a la que brindaba la vieja idea del cosmos clásico. Soberbio recorrido a través del porqué de su genio. Leonard Cohen ofrece otro camino alternativo al éxtasis emocional. También dentro del territorio de la Belleza, pero con una mirada más áspera y terrenal. Los pupilos agradecidos rinden tributo al mito. Se proyectan sobre todos Antony, Nick Cave y, claro, Rufus Wainwright y su candidatura a leyenda del siglo XXI.

24 septiembre 2007

El diárico: Ordovás y los lapos

Paso a colgar el artículo del segundo día. Antes, me gustaría destacar el que fue, a mi juicio, uno de los momentos más divertidos de toda la semana. Jesús Ordovás, con su ingenua elocuencia, explicaba detalladamente cómo el público de Rock-Ola escupía, sistemáticamente y sin miramientos, a todos los artistas que comparecían sobre el escenario del histórico local madrileño:

"Los escupitajos eran constantes. Pero no vayas a creer que la gente se conformaba con lanzar salivazos, no... el público se esforzaba en sacar un gargajo de lo más profundo de su garganta que estampaba sobre la cara del artista. Entonces, los veías tocar con dos, tres, cuatro lapos que les iban resbalando por la cara. La gente se ocupaba de buscar escupitajos densos... verdes... con mocos... nada de salivazos, sino lo más potente que podían lanzar... los cantantes se limpiaban, pero daba lo mismo porque en seguida les volvían a caer encima varios lapos llenos de mocos verdes."

Mientras el hombre explicaba todo esto, en el documental salían unas imágenes de German Coppini, en su época en Siniestro Total, muy ilustrativas del hecho...

Aquella tarde se proyectó también una cinta muy buena, pero de duración imposible -270 minutos- sobre el rock radical. La noche se cerró con el concierto de Lineas Albiés.


Hacia, contra, con

Tremenda caja de sorpresas la que abrieron el sábado por la noche los chicos de Líneas Albiés en el Baluarte de Candelaria. El escaso público y la repentina mudez de uno de los micrófonos no fueron obstáculo para que el dúo madrileño se entregara al máximo en un espectáculo absolutamente arrollador, visceral, bizarro, sexual por momentos.

Con un estilo resistente a etiquetas y cuyas raíces, muy profundas, funden el rock neoyorquino de los primeros ochenta con influencias tan heterogéneas como Primal Scream o Devo, Lineas Albiés demostraron que todo el músculo que sugieren desde el estudio, se multiplica exponencialmente con su directo.

La tarde del sábado ya había empezado potente en el Baluarte, con el larguísimo documental de J. A. Alfonso y A. Bocos acerca del rock radical en España en la década de los ochenta. Una obra destinada a ser referencia para cualquiera que desee profundizar en este tema, pero lastrada por un metraje -cuatro horas y media- que se antoja, sin duda, excesivo de cara a sus posibilidades de exhibición.

Por su parte, Rock-Ola, una noche en la movida resultó fresco, ameno y revelador. Aunque, también hay que decirlo, contó con dos taras capitales. Una, la ausencia de muchos de los nombres que dieron fama al legendario local madrileño. Dos, la sobredosis de tópicos que, vertidos durante una innecesaria hora y media, dejaban un regusto de reiteración al abandonar el patio del Baluarte.

Algo de moda macarra

Hoy he bajado a la playa al mediodía y he tenido un serio encontronazo estético. Y eso que en la playa que yo frecuento este tipo de hechos no es que sean cotidianos, es que son constantes, pero más en temporada alta que en las fechas presentes, el sol del membrillo, y normalmente protagonizados por el público autóctono o por el veraneante casposo.

Doy tanto detalle porque creo que en este caso el autor del atropello era un italiano de estos que tanto vienen ahora de Erasmus a Cádiz. A lo mejor ustedes ya han visto algo así en sus vidas, pero yo no: Un bañador blanco con una picha y unos huevos serigrafiados a la altura de los mismos. Es decir, una foto de un aparato genital masculino (aunque creo que antes ya he sido suficientemente claro) impresa en el traje de baño simulando la acción nudista.

Menuda ordinariez. El muchacho iba tan ufano porque, claro, todo el mundo miraba su particular vestimenta; también imagino que se creería que iba transgrediendo alguna norma (hablando de transgresores... no sé cómo no se le ha ocurrido esto antes a David Delfín... o a Mario Vaquerizo). Si de verdad quisiera hacer eso, lo que tendría que hacer es ponerse en bolas de verdad, que seguro que luego llevaba debajo un slip abanderado para que no se le notara el paquete, como hace todo angango que se precie.

Rizar el rizo, eso es... ya no basta con esas ridículas camisetas de "Demasiado sexo nubla la vista", kamasutras en serigrafía y cosas así, que nunca he entendido qué gracia pueden tener. Espero que no se convierta en norma que estos erasmusillos copien lo peor de nosotros.

Por cierto, pensé en poner una simulación del bañador, pero ya saben que Blogger veta imágenes con desnudos y tal.

El diárico

Alcances, aparte de ser cuando los coches se aproximan peligrosamente a la parte trasera de los camiones en una pendiente acentuada, es un festival de cine que se celebra, desde hace treinta y nueve años, en Cádiz en septiembre. Al principio, cuando era impulsado por Fernando Quiñones, cubría el hueco de ese cine que jamás llegaba a Cádiz: Fellini, Truffaut, Kurosawa... más que un festival era un cine-club ligeramente ampliado.

Con el paso de los años fue quedándose cada vez más rezagado respecto a otros festivales nacionales, como Valladolid o, no digamos, San Sebastián, limitándose cada vez más a traer a Cádiz una panorámica de la temporada cinematrográfica precedente en una ciudad absolutamente huérfana de alternativas en este área. En los últimos años, mirándose en el espejo de Huelva (cine iberoamericano) o Málaga (cine español), se ha optado con buen criterio por la especialización en el documental como solución a su crisis de identidad.

En esta edición ha madurado una iniciativa que ya se esbozó el pasado año. Cada tarde se proyectan tres documentales musicales tratando de que guarden cierta unidad temática entre sí. Este año han sido sólo dos, pues el primer hueco estaba dedicado a programar una selección con lo mejor de La Edad de Oro -el programa de TVE del que hemos hablado aquí en alguna ocasión- que, finalmente, no hemos podido disfrutar. Como colofón, cada noche una banda que guardara una cierta unidad con el tema tratado en los documentales, ofrecía un concierto de media horita más o menos.

Bueno, pues he estado cubriendo este evento para el Diario de Cádiz. Así que durante unos días iré colgando lo que me han publicado. Tenía muy poco espacio, más o menos el equivalente a un tercio de folio, pero bueno... por algo se empieza...

Por cierto, la imagen que ilustra esta entrada es la del cartel de este año. Éste ha sido llevado a cabo por Miguel Ángel Valencia, Miguelo, lúcido y singular artista gaditano. Suena a tópico, pero si hubiera nacido en Madrid, lo tendríamos hasta en la sopa y habría sido portada de El País Semanal cuarenta veces. A veces los tópicos son ciertos. O a veces yo creo en determinados tópicos...

PRIMER DÍA - The Devil and Daniel Johnston - Costus - Nancys Rubias // Previo Rufus Wainwright - Leonard Cohen


PROTAGONISTAS Y ADVENEDIZOS

No hizo falta aguardar mucho al público de Alcances para disfrutar de uno de los momentos más esperados de esta
edición: la presentación en Cádiz del documental sobre Costus, largo tiempo olvidados -cuando no ninguneados- por crítica e instituciones. La obra, dirigida por Ernesto de Chicote, ofreció un rico compendio de testimonios encaminados a esclarecer las aventuras y desventuras artísticas y vitales de Carrero y Naya. Sobre todos ellos, se encaramaron el rigor de Manolo Cáceres, la crudeza de Pérez Villalta y la elocuencia de la historiadora del Arte Esperanza de los Ríos. Y una conclusión desalentadora: Costus desaparecieron poco antes de que la medicina diera con tratamientos que convertían el SIDA de enfermedad mortal a crónica, y cuando, seguramente, no habían dado lo mejor de sí mismos.

Tras ellos, cerró el pastiche-rock encarnado por Las Nancys Rubias, grupo comandado por Mario Vaquerizo que cumplió a medias (público receptivo) con el único objetivo al alcance de su escaso talento: divertir con los restos de serie obsequiados por los hermanos Canut.

Antes, Daniel Johnston, sus pesadillas y sus destellos de genialidad, se habían hecho presentes gracias a The devil and Daniel Johnston, sobrecogedora obra centrada en la vida del cantautor nortemericano, desde su infancia a la actualidad. Recomendable paseo que, sin embargo, no será vuelto a emitir dentro de la duplicación de la que ha gozado el programa Down Vision tras la caída de La edad de oro.


ALUMNO Y PROFESOR

Rufus Wainwright, antes de que le diera por imitar a Judy Garland, solía acabar sus conciertos con una versión al piano de Hallellujah!, un clásico compuesto y popularizado por Leonard Cohen; también era frecuente que salpicara sus actuaciones con otras canciones del maestro, como Chelsea hotel # 2.

Los últimos meses han puesto en valor la carrera de ambos artistas de manera paralela. A Cohen se le ha reivindicado a través de un disco homenaje y del propio documental que tendremos la oportunidad de visionar esta tarde, mientras que Rufus ha visto cómo, definitivamente, su ambiciosa carrera se encuentra en un punto de consolidación y valoración general ciertamente envidiable.

Todo ello ha contribuido a que las comparaciones entre ambos siempre hayan estado presentes en los corrillos de la prensa musical. Los motivos en los que se sustentan las mismas son discutibles. La prensa musical siempre anda sedienta de etiquetas y referentes, con lo que se diría que esta circunstancia ha venido dada más por la honrada admiración que profesa Rufus al cantautor de Montreal que por aspectos verdaderamente positivos y palpables.

Cierto es que ambos son autores e intérpretes de canción pop de etiqueta, poseedores de un virtuosismo que sólo avasalla las emociones más impenetrables y, desde luego, maestros en el ejercicio del dandismo, pero no es menos verdad que cada uno lleva a cabo sus propuestas estéticas desde prismas radicalmente opuestos.

Esta tarde podrán comprobarlo en el Baluarte a través de dos obras que contarán, además de con los testimonios de los protagonistas, con declaraciones de familiares y compañeros de profesión.

Elijan una: La irresistible exuberancia de Rufus Wainwright frente a la intimista sobriedad de Leonard Cohen. Mejor todavía, elijan las dos.

17 septiembre 2007

No nos estaban robando

Todo el torneo dando por segura la victoria. Agradeciendo la derrota con Croacia como aviso suficiente para no dejar escapar una medalla de oro que se le resiste tozudamente al baloncesto español. Pero no. No fue posible.

De cualquier modo, algo ha cambiado respecto a la tradición de frustración que perseguía a la selección de basket, y ese algo es la plena consciencia de que la derrota no se ha debido ni a los árbitros ni a la mala suerte, sino a nuestros propios errores. Esta conclusión indica también que, de alguna manera, es España la que dejó escapar el título y no Rusia la que hizo méritos para hacerse con él.

Tampoco es tan descabellado. He leído que los españoles dicen que Rusia estuvo muy bien. Se agradece esta actitud tan deportiva, pero no es verdad.

Ya han pasado dos días desde el disgusto, pero me gustaría decir un par de cosas sobre la final del europeo:
  • España jugó mal. La derrota no se concedió con la canasta de Gasol, sino a través del cúmulo de errores e imprecisiones que presidieron el juego de ataque durante todo el partido.

  • La mala selección de tiro fue clave. Cuando las señales están hablando claramente de que uno no tiene un día inspirado, ha de tratar de jugar fácil, asegurar la posesión y buscar la jugada natural y no el tiro exterior precipitado.

  • Navarro no tuvo su día. Cuando uno de los pilares de un equipo muestra una intermitencia tan enorme (no es la primera vez) demuestra que no es pilar de nada. Sencillamente, un extraordinario jugador, pero no un seguro de vida.

  • Gasol tampoco tuvo su día, claro, pero en ataque. En defensa estuvo inmenso. No hay que olvidar que Rusia acabó con sesenta míseros puntos.

  • Carlos Jiménez nunca debería haber tenido la responsabilidad de administrar el juego. Propició pérdidas de balón decisivas.

  • La falta de acierto en los tiros libres fue la auténtica clave de la derrota. Hay que incidir en que España perdió por un solo punto.

  • Rusia ni jugó bien ni llevó la manija del partido como se ha dicho. No creo que en sus planes estuviese cargarse de faltas personales -por más que luego los españoles desperdiciaran los lanzamientos libres- ni tampoco desaprovechar oportunidad tras oportunidad para adelantarse e, incluso, distanciarse cómodamente en el marcador. Se agradece la deportividad de los nuestros, pero no, Rusia no jugó bien. Ninguno mereció la victoria. Si acaso, España fue por delante en el marcador casi todo el partido.

  • Los jugadores nunca se arrugaron. Simplemente, tuvieron un mal día. No es el tipo de derrota de los tiempos de los hermanos Jofresa, Villacampa y demás superclases de la muñeca floja.

  • El único que aflojó fue el público; éste sí se vio atenazado por el miedo a perder. Los hombres de Pepu, salvo excepciones, no mostraron el clásico rictus del deportista español atormentado.

  • No fue culpa de los árbitros. No fue culpa del eje greco-balcánico. Hasta mi, como no, añorado Pedro Barthe estaría de acuerdo.

  • Perdimos como Dios manda. Perdiendo. Desaprovechando una oportunidad ante un equipo al que se gana veintiseis veces de veintisiete, pero sin hacer el ridículo, luchando hasta el final y demostrando que hasta los campeones del mundo pueden levantarse con el pie cambiado.

  • Este equipo tiene mucho que decir aun. Pepu también. Se sobrepusieron, por poner un ejemplo, a un arbitraje miserable en la semifinal con Grecia para acabar ganando de cinco puntos tras convertir veintisiete de veintiocho tiros libres, con lo que ha sido España siempre bajo presión. Esto, en otros tiempos, hubiera sido impensable. Además, jugábamos en casa, pero por primera vez en la historia del baloncesto (esto sí ha pasado ya con la Copa Davis, por ejemplo) en los nuestros no pesó esa secular auto-imposición de que todo lo que no fuera ganar, sería un fracaso.

  • Salvo que EE.UU. forme un equipo en lugar de un combinado de mercenarios, España sigue siendo la máxima favorita de cara a los JJ.OO. de Pekin 2008.
  • No dejen de apoyar a los muchachos. Es uno de los mejores equipos de la historia.

12 septiembre 2007

Una muerte lenta y dolorosa

¿Saben a lo que me recuerda? A la violencia gratuita de Scorsese. Cuando ves Casino y piensas: "Ya está muerto. ¿Por qué siguen? ¿Por qué se ensañan? ¿Por qué tienen que rodar esto y enseñármelo? ¿Qué necesidad?"

Como estoy siendo algo críptico, aclaro. Me estoy refiriendo a la Educación. Concretamente, al asesinato alevoso de la misma por parte de los sucesivos gobiernos del PSOE. Nunca he entendido por qué lo hicieron. Porque cuando un gobierno se obceca de esa manera en que sus ciudadanos pasen, de una manera tan evidente, de contar con un acervo cultural decente a convertirse en unos consumados paletos con cultura de wikipedia y google -esto en el mejor de los casos- no puede ser por nada bueno.

Lo que pasa es que una maldad tan evidente no me la creo. Prefiero pensar que es torpeza. Torpeza, sí, pero también caradura. Cinismo.
Si los objetivos que marca Bruselas pasan por que cada estado miembro cuente con equis número de ciudadanos con estudios secundarios, el ministerio de Mercedes Cabrera no tiene inconveniente alguno en maquillar las cifras de fracaso escolar con el obsequio de titulos a discreción.

Hoy leo en el periódico: "Si hasta ahora los alumnos de primero de Bachillerato podían pasar de curso con un máximo de dos materias suspendidas, a partir del año que viene podrán hacerlo con hasta cuatro asignaturas sin aprobar si así lo desean." Lo mejor es la coletilla final: "Si así lo desean". Muestra un tono semejante al que, recientemente, ofrecía otro diario narrando la construcción del botellódromo en Cádiz; botellódromo que, dicho sea de paso, en menos de un mes de funcionamiento ya presenta destrozos importantísimos que todos habremos de pagar de nuestro bolsillo. Pues eso. Si así lo desean. Como cuando mi abuela, al despertarme por las mañanas, si me veía las sábanas pegadas me invitaba a seguir durmiendo.

Qué hipocresía... Sigo leyendo: "La medida, que se suma a la decisión de permitir que los alumnos de Educación Secundaria Obligatoria promocionen de nivel con tres suspensos si el claustro de manera excepcional lo autoriza, pretende combatir el abandono educativo en esta etapa no obligatoria." Claro. Clarísimo. De manera excepcional. Atestiguo que no hay nada de excepcional en estas medidas. La realidad de las aulas es que lo excepcional es que los profesores mantengan la honradez consigo mismos cuando otorgan las notas finales de cada curso, so pena de encontrarse, casi siempre, en una situación políticamente incorrecta de cara a la mayoría del claustro y, también casi siempre, del equipo directivo. Una absoluta indefensión.

No niego, que conste, el derecho a formarse a aquellos alumnos con dificultades, que luego en seguida lo están llamando a uno facha. Defiendo el derecho de los que quieran ir más deprisa. En mi generación, con un nivel de exigencia sensiblemente mayor que el actual, la mayoría de nosotros obtenía el Bachillerato tarde o temprano. Puedo asegurar que conozco a más de un cazurro que lo logró sin tan siquiera clases de apoyo, psicólogos ni mayores artificios. Es más, hablo de un instituto público. Y las personas (insisto, cazurras) en las que pienso han tenido que estudiar (o chuletear) las declinaciones latinas e, incluso, griegas, han leído a los presocráticos, a Garcilaso de la Vega, oyeron en alguna ocasión narrar el mito de la caverna, y saben que Felipe III iba antes de Felipe IV.

Además, no entiendo nada. ¿No dicen que nuestra generación, la de los que nacimos entre 1970 y 1980 es la más preparada de la historia? Pues la mayoría hicimos EGB, BUP y COU. Algunos ni siquiera conocieron el sistema de créditos en la Universidad. Si el sistema era tan malo, ¿cómo nosotros podemos ser tan buenos? Si esto es contradictorio, que lo es, ¿para qué carajo se cambió?

Tengo una pregunta para usted desde hace meses: ¿A usted le gusta cómo es usted mismo? ¿No está satisfecho con su educación? No me diga, por favor, que hubiera preferido estudiar con este sistema. Sabe que no habría llegado nunca a Presidente del Gobierno. Si sigue manteniendo que cualquiera puede serlo, pues... bueno, mejor lo dejamos...

Iosu Pongo, firma invitada
Por cierto, vean lo que sacó El País días más tarde de que me colgaran esta entrada

06 septiembre 2007

Desplantes, despelotes y despropósitos

Me da igual el resultado, y por eso escribo antes de que empiece a rodar la pelota en Reykjavic. La España de Luis Aragonés no tiene futuro. Nunca lo ha tenido. La selección ha puesto a prueba el verdadero valor de un entrenador absolutamente sobredimensionado por la vocera prensa deportiva madrileña.

Me documento. Entro en google y tecleo, para manejar cifras concretas y que no se diga, "Palmarés de Luis Aragonés". Lo primero que me sale, muestra lo siguiente:

1975 - 1 Intercontinental
1976 - 1 Copa del Rey (Atl. Madrid)
1977 - 1 Liga (Atl. Madrid)
1985 - 1 Copa del Rey (Atl. Madrid)
1988 - 1 Copa del Rey (Barcelona)
1992 - 1 Copa del Rey (Atl. Madrid)
2001-02 - 2ª División (Atl. Madrid)

Se podría concluir que no está mal. Después de más de treinta años de carrera, el veterano preparador madrileño ha conquistado una liga y cuatro copas del Rey, además de esa Intercontinental que el Atlético de Madrid nunca debería haber jugado. No está mal. Sencillamente, yo creo que no es para tanto. Su último título data de 1992. Una Copa del Rey para un Atlético de Madrid en pleno apogeo del Gilismo; el tipo de torneo que se acaba ganando por casualidad.

A Luis, por el contrario, nunca se le ha confiado un proyecto verdaderamente importante. En el Barcelona estuvo de paso en la temporada 88-89, una etapa en la que José Luis Núñez se mostraba -dicen, yo no me acuerdo- aun más obtuso que en sus últimos años de mandato, y que sólo puedo aplacar el genio inconmensurable de Johann Cruyff. El curso de Aragonés estuvo marcado por el enfrentamiento social en un club necesitado de un revulsivo serio. Fue el año del Motín del Hesperia, encabezado por ilustres como Julio Alberto o Alexanco.

Recuerdo la final de Copa de aquel año. Acababa con resultado de cero a cero un partido que se había convertido en la única tabla de salvación para un equipo que había sufrido muchísimo. Los periodistas agobiaban a Luis Aragonés en el banquillo cuando Alexanco remachó a placer el inesperado gol de la victoria. A nuestro hombre por poco le da un pasmo. Una vez más, y ya esto se empezaba a convertir en una constante, volvía a parecer que había hecho algo.

Porque el único mérito que se le ha conocido a Luis Aragonés es el de "saber llevar al vestuario", "educar a jóvenes malcriados que ganan demasiado dinero siendo muy jóvenes". Así, uno de los momentos que ha concentrado mayor número de elogios ha sido aquel famoso zarandeo a Eto'o en el banquillo de La Romareda. Yo no niego que el tipo lo mereciera, pero el prestigio de Luis, sin que nos demos cuenta, se cimienta más en este tipo de correctivos, meramente educacionales, que por la transmisión de verdaderas enseñanzas futbolísticas y de valores competitivos.

Personaje de verbo torpe, errático y, a veces, desafortunado, Aragonés jamás ha sido capaz de transmitir cómo desea que jueguen sus equipos de fútbol, logrando además salir indemne y prácticamente desapercibido de sus continuos fracasos cuando ha tenido la oportunidad de gestionar un proyecto importante. En el Valencia, donde se diga lo que se diga, no fue capaz de torear a Romario; en el Betis, donde lavó el cerebro a un ilusionado y receptivo Lopera para llevar a cabo el fichaje más decepcionante de la historia, aquel fracasado llamado Denilson. Fue a partir de este hecho cuando el dueño del Betis se tornó huraño y comenzó a mirar con lupa los céntimos de euro. Con razón.

Por suerte, a Luis Aragonés (me niego a llamarlo Sabio) le quedaba un buen refugio para farsantes como él, la Federación Española de Fútbol, comandada desde hace casi veinte años por otro farsante caracterizado por, entre otras cosas, afirmar sistemáticamente que todo va bien, que los resultados de los sucesivos seleccionadores han sido ejemplares.

Los de nuestro actual seleccionador no lo son desde luego, pero es que como gestor es un auténtico desastre.

Yo le perdí el respeto desde que formó aquel numerito diciendo primero que se iba, luego que no, para finalmente quedarse aludiendo a un concepto tan abstracto como las "connotaciones". ¿Sabrá este hombre lo que significa connotación? Lo dudo mucho. Por ejemplo, cuando uno promete o jura que, si no alcanza un determinado objetivo abandonará el cargo que ocupa y, llegado el caso, no lo hace, la connotación es que el señor en cuestión es un caradura y un hombre en cuya palabra no hay que volver a confiar jamás.

Otros episodios conocidos son el manifiesto enfrentamiento con Raúl, el jugador español más importante de los últimos quince años, desaparecido de las convocatorias, quizá para siempre, recibiendo el desprecio y la falta de respeto de un impertinente Villa, quien afirmó tan campante que llevar el número 7 no significaba absolutamente nada para él, que era un número más. Esto sólo puede pasar en un país como este; cainita, miserable y amnésico. Si un inglés novato osase afirmar algo así de, supongamos, el número 23 de Beckham, lo mandan a cuidar vacas a Tarifa.

A ello únanle el absentismo voluntario de Vicente, o la actitud incorregible del pretendidamente graciosillo Joaquín. Vamos, que Luis Aragonés ya no sirve ni para complementar la baja educación de algunos de los jugadores que dirige.

Sencillamente, ayer reventé ante la lectura de un titular que rezaba: Joaquín: "Mi relación con Aragonés es de amor-odio". No entiendo cómo se permite que se siga alimentando el fuego de la polémica con declaraciones tan inoportunas y egocéntricas como esta. Tampoco alcanzo a comprender la actitud chulesca, displicente y altiva de unos tipos que nunca han llegado a nada con la camiseta roja.

Comparenla con la de los campeones del mundo de baloncesto. O con el equipo de balonmano. O con los tenistas que juegan cada poco la Copa Davis. Deportistas todos reconocidos a nivel mundial, desde los puntos de vista individual y colectivo que, sin embargo, son de otra pasta, miran de otra manera, sonríen, son capaces de relajarse, de ser felices y se les nota agradecidos con su vida, resuelta económicamente y muchísimo más cómoda que la de la mayoría de los ciudadanos.

Si uno, para colmo, ha podido disfrutar este verano dos veces del respeto a sí mismo, a su profesión, a los mayores, a la historia y, sobre todo, al contrario, de un José Tomás o de un Cid, no será raro que de lo más hondo le salga una exclamación casi gutural: Qué asco de fútbol, Dios...

05 septiembre 2007

Super Transfer

Hace unos días hablaba con mi novia de este vídeo y de este grupo. Creo que coincidió con la entrada del vídeo en mi casa y debe encontrarse, como poco, entre mis primeras cien grabaciones con aquel aparato, continua fuente de disputas en cualquier familia hacia el año 88 o así.

Lo ponían continuamente en programas no necesariamente musicales, como 3 x 4 o La Tarde, de modo que toda la familia lo veía y comentaba "lo graciosos y lo conseguidos" que estaban los muñequitos. Ya he comentado esto otras veces, pero bueno... el caso es que no deja de ser un episodio más para ejemplificar cómo la música "normal" -no digo buena, digo normal- formaba parte hace unos años de la vida de la gente, y si ésta consume ahora bazofias es porque se le ofrece bazofias y no conoce otra cosa.

Ahora resulta que aquel disco, Brasil, contaba con la participación de figuras como Milton Nascimento -que viene a Sevilla en noviembre-, el ministro de Cultura Gilberto Gil, o el propio Djavan, autor del éxito del que hablaba antes. Qué cosas...

Cambiando de tema, tengo que hacer una entrevista a Super Furry Animals para mi revista. Ya sabéis... esos que cantaban lo de: "fue aquel verano cuando aprendí a ver la vida de otro modo... Así que se admiten sugerencias.

03 septiembre 2007

Debut en el Rockódromo

El sábado pinché por primera vez en Cádiz. El Rockodromo es el único bar de mi amada capital gaditana donde uno puede escuchar el tipo de música de la que se habla en este blog y agradezco muchísimo la oportunidad que me han dado para, al fin y al cabo, hacer lo que me da la gana. No hay nada más parecido a esa sensación que el ejercicio de ambientar musicalmente un bar.

El listado de canciones fue el siguiente:

  • Francisco Nixon - Nadia
  • La Costa Brava - Olímpicos
  • Masters of the Hemisphere - Anything
  • Tachenko - Amable
  • Camera Obscura - If looks could kill
  • Evripidis and his Tragedies - Ruru I'd love to
  • The Pipettes - Pull shapes
  • Lucky Soul - Lips are unhappy
  • Gigolo Aunts - Ask
  • Yo la Tengo - Tom Courtenay
  • My Bloody Valentine - When you sleep
  • The Breeders - Last Splash
  • Sibyl Vane - Pomme de terre
  • Sleater Kinney - A real man
  • Arctic Monkeys - When the sun goes down
  • Clap Your Hands Say Yeah - Is this love
  • Mendetz - Future sex
  • Standard - On the floor
  • The Smiths - Panic

Creo que no se me olvida nada, pues hablo de memoria. Es probable que ponga discos regularmente a lo largo del otoño en este bar. Ya iré informando. Si alguna vez alguien ve anunciado a Dj Juan, ese soy yo. ¿Por qué Dj Juan? Pues porque yo creo que poner discos no es para tanto. Además, siempre he sostenido que toda esa música que he listado arriba -por ejemplo- es normal. Lo que es anormal es lo que se escucha en la inmensa mayoría de bares y pubs. El otro día, tras transcurrir mi hora de música, un amigo me comentaba que él no prestaba atención a la música en los bares. Yo le respondí que si no lo hacía se debía a que ésta era una mierda. Como decía en la anterior entrada, yo no pido mucho, sólo que en el transcurso del tiempo, más o menos largo, que la gente pasa en un bar, al menos en una o dos ocasiones la conversación se vea interrumpida y, entonces, alguien señale hacia el techo y exclame: "¡Mira! Qué bueno... ¿Lo has oído?". Algo tan simple como eso se está perdiendo. No será por mí.

Igualmente, apostillo, "juan" es una coletilla que utilizo para nombrar a gente a la que aprecio: "¡Cuánto tiempo sin verte, Juan!"; "¿Es cierto lo que estás contando, Juan?"; etc. Una vez, en la facultad, un compañero algo brutote -pero noble- de Sanlúcar se enfadó conmigo:
- Quillo, no me llame má Huan... no me llame má Huan...
- Bueno, no lo haré, pero, ¿por qué te molesta?
- Tú no me llame má Huan... ¿te llamo yo a ti Huan acaso? ¡Llámame Sanlúca y yo te llamaré Caí, pero no me llame Huan!

En cambio, en Madrid, un compañero de Clubcultura, al verme entrar al despacho me saludaba siempre muy cariñoso: "¡Buenos días! ¡Jjjjjjjjjuuaaaaaan!".

Hay gente para todo, claro.

P.S. Se me ha olvidado comentar una cosa. En principio, tengo pensado poner esa canción -y no otra- de Yo la Tengo siempre que pinche. También acabar con la de Smiths, pues pienso que todo el mundo tiene que tener el derecho de Hang the dj si le apetece...