28 septiembre 2007

El diárico: La mala fiebre del hype

Aluciné mucho este día con un documental que contraponía las carreras de The Brian Jonestown Massacre (BJM) y The Dandy Warhols (DW). El caso es que a los primeros los presentaba como "perdedores" y a los segundos como "ganadores" del juego del rock. Cosas del director y de la industria, porque a mí me resultaron tan petardos y mediocres los otros como los unos. The Dandy Warhols aparecían como unos chicos buenos que de vez en cuando se hacían pasar por malos y que, como muchos sabréis, deben su fama casi en exclusiva a la canción que utilizó Vodafone para su campaña de 2001/2002. Los de Oregon se mostraban asimismo como victoriosos en una batalla que los mostraba totalmente implicados; la chica del grupo narraba el "desorden y suciedad" en la casa que compartían los miembros de BJM con una indignación y escándalo risibles; y otro componente de los DW, el guitarrista Peter Holmström aseguraba que ellos eran personas normales, que se habían casado y tenían sus hipotecas y sus parejas estables. Alucinante.

Sin embargo, la estupidez de los BJM no le iba a la zaga. La banda, liderada por el pretenciosamente demente Anton Newcombe, ha malgastado años y años en trabajar los conceptos superficiales de la música: Las ventas, la imagen, la actitud y la competitividad bestia. Valorados sobre todo por la actitud de artista loco y atormentado de Newcombe, el grupo funcionó de curiosa mili para futuros miembros de bandas con marchamo de next big thing, como Black Rebel Motorcycle Club y The Raveonettes.

Se antojaba triste comprobar como los BJM, que tampoco es que tuvieran gran cosa, envidiaban y miraban continuamente de reojo el éxito de los DW. Actitud mal entendida. Hasta Loquillo les podría dar un curso sobre el tema...

El segundo documental, nada que ver, versó sobre el sonido Nueva Orleans. Qué diferencia...

Maneras de vivir

Actitudes contrapuestas las que el martes por la tarde expusieron los dos largometrajes exhibidos en el Baluarte. Ante el modo de afrontar el hecho artístico y también ante los subjetivos y variables conceptos de éxito.

Premeditación. El documental emitido en primer lugar enfrentaba las carreras de The Brian Jonestown Massacre y The Dandy Warhols, dos de esos grupos que, si se da una patada al suelo en Norteamérica, le llueven a uno de lo alto. Formaciones átonas que suelen sustentarse en dos engañosos pilares: un ramalazo de genialidad y frescura destinado a alimentar el hype y el enorme peso de la tradición musical de su país; esto es, identidad común pero no individual. Si el grupo se deja hacer, la aun poderosa industria dará un tercer paso: venderlos como los nuevos embajadores de la pureza del rock americano. BJM se quedaron en el camino, mientras DW gozan de una vida cómoda y pequeño-burguesa.

Comparados con los músicos de Nueva Orleans, protagonistas de la siguiente cinta, esos polluelos y su (falsa) búsqueda resultaron, si cabe, aun más burdos. Conceptos como “segunda línea", lugares como el legendario barrio de Treme, o los inmortales nombres de Fats Domino, Louis Armstrong, Earl Palmer o Allen Toussaint fueron desfilando a lo largo de una hora y media corta, pero no habría nunca tiempo para cubrir el inabarcable espacio musical generado desde Nueva Orleans, la madre de la mayor parte de la música popular del pasado siglo... espontáneamente...

2 Comments:

Blogger ninive drake said...

yo vi el documental hace unos 6 meses y lo de Anton Newcombe no tiene nombre, acusado de malos tratos, de no cumplir ni con los contratos, ni siquiera con su vida!, es penoso que exploten esa faceta, pasas de la curiosidad al asco en minutos...

30 septiembre, 2007 16:42  
Blogger Isaac said...

Pues eso...

30 septiembre, 2007 22:19  

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