FREEk! Febrero
Dejo los contenidos aportados a este número del FREEk!
- Los Planetas
- Piano Magic
Aclaro (en la web no se ve) que al EP de Los Planetas le he dado cinco estrellas. Creo que es la primera vez que lo hago en la FREEk! En su día lo hice en SPY con "La leyenda del espacio", pero nunca me ha parecido conveniente poner un Comaneci así como así. Y sé que estas cuatro canciones han decepcionado a más de uno. Pues vale...
Respecto al "Ni crimen ni castigo", lamento mi dureza, pero... es lo que hay. Lo que hay en mi cabeza, claro... Creo que una de las grandes paradojas de la vida de Michael Jackson vino dada por el incondicional apoyo de tantos fans. Ya sé que pueden pensar que cualquier fenómeno fan es similar, que la beatlemanía fue peor, que es lo que tiene ser una estrella... pero no estoy de acuerdo. Se me ocurre que la (aparente) estupidez de la estrella sólo es comparable a la de otro ídolo de masas contemporáneo: Diego Armando Maradona. Durante mucho tiempo, ha sido un icono intocable para los argentinos. Sus últimos actos, en cambio, están dilapidando su credibilidad y perjudicando al recuerdo de su juego. Michael Jackson tenía, sin embargo, un cheque en blanco de sus fans, fans que no se iban sustituyendo generación tras generación, sino que se sumaban, contribuyendo en progresión aritmética a su ensimismamiento y endiosamiento. Así no creo que le ayudaran nada. Como no creo que fuera nada positivo aquel discurso, durante su funeral, donde un reverendo afirmaba, tan ancho él, que los raros éramos todos los demás. Pues vale también...
¡Dejen a Michael en paz!
Desayuno otra vez más con ese rostro voluntariamente destrozado y machacado; con esa mirada huidiza, nunca tan siquiera hacia el infinito, sólo hacia el suelo. Se me hace tan violento mirarlo como me sucede cuando en Madrid veo al mendigo sin brazos de la calle Preciados con el cubilete en la boca, pero no creo que sea lo mismo, entre otras cosas porque nunca me acabé de creer ese rollo de desamparo e incomprensión que, en cualquier persona que abuse de él, me mata de pereza. Son siete meses de suplicio. Para sus admiradores, que se consuelan imitándoles todos los días en todos los rincones del planeta, y para aquellos a los que empieza a soplárnosla, los que no lo fuimos tanto. No, al menos, desde su último disco decente (“Bad”) tras el cual su carrera fue paralela a la de cualquier hortaliza barata de cultivo intensivo. “Represento a un ser superior”, es lo último que leo. Y es que hay que joderse, Jacko. Si no hubieras fallecido, crearía un grupo en facebook para que te hicieras segundo entrenador de Argentina. Así ayudarías a otro desquiciado a quitaríamos un rival serio para la final del Mundial. Descansa en paz de una vez. En serio.
- Los Planetas
- Piano Magic
Aclaro (en la web no se ve) que al EP de Los Planetas le he dado cinco estrellas. Creo que es la primera vez que lo hago en la FREEk! En su día lo hice en SPY con "La leyenda del espacio", pero nunca me ha parecido conveniente poner un Comaneci así como así. Y sé que estas cuatro canciones han decepcionado a más de uno. Pues vale...
Respecto al "Ni crimen ni castigo", lamento mi dureza, pero... es lo que hay. Lo que hay en mi cabeza, claro... Creo que una de las grandes paradojas de la vida de Michael Jackson vino dada por el incondicional apoyo de tantos fans. Ya sé que pueden pensar que cualquier fenómeno fan es similar, que la beatlemanía fue peor, que es lo que tiene ser una estrella... pero no estoy de acuerdo. Se me ocurre que la (aparente) estupidez de la estrella sólo es comparable a la de otro ídolo de masas contemporáneo: Diego Armando Maradona. Durante mucho tiempo, ha sido un icono intocable para los argentinos. Sus últimos actos, en cambio, están dilapidando su credibilidad y perjudicando al recuerdo de su juego. Michael Jackson tenía, sin embargo, un cheque en blanco de sus fans, fans que no se iban sustituyendo generación tras generación, sino que se sumaban, contribuyendo en progresión aritmética a su ensimismamiento y endiosamiento. Así no creo que le ayudaran nada. Como no creo que fuera nada positivo aquel discurso, durante su funeral, donde un reverendo afirmaba, tan ancho él, que los raros éramos todos los demás. Pues vale también...
¡Dejen a Michael en paz!
Desayuno otra vez más con ese rostro voluntariamente destrozado y machacado; con esa mirada huidiza, nunca tan siquiera hacia el infinito, sólo hacia el suelo. Se me hace tan violento mirarlo como me sucede cuando en Madrid veo al mendigo sin brazos de la calle Preciados con el cubilete en la boca, pero no creo que sea lo mismo, entre otras cosas porque nunca me acabé de creer ese rollo de desamparo e incomprensión que, en cualquier persona que abuse de él, me mata de pereza. Son siete meses de suplicio. Para sus admiradores, que se consuelan imitándoles todos los días en todos los rincones del planeta, y para aquellos a los que empieza a soplárnosla, los que no lo fuimos tanto. No, al menos, desde su último disco decente (“Bad”) tras el cual su carrera fue paralela a la de cualquier hortaliza barata de cultivo intensivo. “Represento a un ser superior”, es lo último que leo. Y es que hay que joderse, Jacko. Si no hubieras fallecido, crearía un grupo en facebook para que te hicieras segundo entrenador de Argentina. Así ayudarías a otro desquiciado a quitaríamos un rival serio para la final del Mundial. Descansa en paz de una vez. En serio.