Este año, por circunstancias que no vienen al caso, no habrá Primavera Sound para mí, mi festival fetiche... También me tomaré un respiro de FIB y Contempopranea, cuyos carteles no me acaban de atraer como para forzar las circunstancias, aunque, especialmente en el primero, lo que más me mueve a ir es estar con el grupito-FIB... En fin, el año que viene espero regresar.
Ahora hay que centrarse y trabajar para el próximo concierto de Mirador POP, que nos traerá a Tacheko y a Southern Arts Society.
El viernes pasado fue un día de mucho trabajo y nervios. A las tareas clásicas de control de puerta, atención a los grupos, pinchaje, organización y montaje del sonido, etc, se añadieron las de dependientes a tiempo parcial en nuestro stand de camisetas y chapitas.
El mayor motivo de estrés vino dado por el hecho de que Cádiz queda bastante lejos de Zaragoza, y los chicos de Francisco Nixon llegaron casi a las 23:15, una vez abiertas las puertas, y con la única opción de probar el sonido con las líneas cerradas una vez finalizada la actuación de Neuman, los teloneros.
Aún así, el esfuerzo y el estrés mereció la pena. Mucha gente me dijo que le había gustado más el concierto de Paco Loco, pero yo no vi a tanta gente emocionada en Paco Loco... De todos modos, las comparaciones no son odiosas, pero sí absurdas. El hecho es ese, que el público coreó todas y cada una de las canciones del grupo, que nos regalaron la presencia espiritual de un Sergio Algora que casi se pudo palpar cuando acometieron Mi última mujer; que luego se quedaron bastante tiempo bailando mezclados entre el público, con la motivación extra que ello supone para los fans; que no escatimaron esfuerzos en hablar con quien se les acercara, en firmar set lists, en hacerse fotos...
Richi se emocionó bastante con la pancarta de Amor bajo cero, mientras que Enrique Moreno debió de flipar con otra que rezaba algo así como ¡¡¡Enrique, canta!!! Y es que somos muchos los que quisiéramos escuchar en directo Nadie sabía que ya estaba muerto. A Fran se le dedicó la de Erasmus Borrachas y la neutral, ya clásica, TEMAZO, se empleó democráticamente en El cumpleaños de Ronaldo.
Nunca me habría visto haciendo el perla con pancartitas, pero la verdad es que fue divertidísimo y contribuyó a crear buen rollo entre el grupo y el público. Enlazo, en fin,la crónica, que se encuentra en el blog de Mirador POP. También creo que éste se divirtió en el momento-sorteo. A la gente lo que más le gusta es que le regalen algo, lo que sea, está claro...
Como Dj Juan me lo pasé como nunca. Estuve algo más de tres horas y media y podríahaber estado media más y tres mil. Salí muy contento y reafirmado en mi vieja teoría de que el público prefiere las canciones a los ritmos sin fin, que con las canciones la gente baila, salta, habla, sonríe, se dice cosas al oído, se cansa, bebe, vuelve a la pista, se emociona, participa, pide otra, ponen la suya, bailan con ella y se enamoran... El amor... efímero o no... la gasolina que no debe faltarle a cualquier proyecto destinado a hacer que la gente se lo pase bien. No lo digo yo, lo dice, sin ir más lejos, Guille Milkyway, el hombre que guarda la mejor relación del directo en este país: nadie hace tanto con tan poco. Y todo esto que digo, ¿no está en relación directa con esto otro? La técnica... ah... ¿qué mejor técnica que seleccionar canciones chulas? Como decía el Maestro Ordovás: "¿Que he pinchado bien? Bueno, es muy fácil... ¡Hay muy buenas canciones!".
Como decía en el post de hace un mes, hoy va a ser un día de muchas emociones. Viene Francisco Nixon con banda completa. En la batería, por cierto, estará nada más y nada menos que el gran Enrique Moreno.
Sí, esto se parece bastante a un sueño.
Gracias, amorcillo, amigos y familia por vuestro apoyo. No hay nada más grato que el hecho de que te apoyen cuando te ven ilusionado con algo.
Trataré de tardar menos en escribir la crónica que la otra vez...
Cerrando el tema de Antonio Vega, recomiendo a quien le interese este estupendo artículo de Juan Puchades, director de Efe Eme.
Desde hace unos días, está disponible la FREEk! de este mes; lo que pasa es que yo le he dado prioridad al derbi europeo (Laporta dixit) que se jugó el miércoles.
De Corazón diré que me parece que han firmado el mejor disco de lo que llevamos de año; su único defecto es, sin embargo que no posee la menor vocación de universalidad; esto es, habrá mucha gente a la que no sólo no le guste, sino que le horrorice.
También pego el Ni Crimen ni Castigo de este mes, dedicado a un viejo amigo que nos dejó en abril:
La fiebre y las bolitas
Sí, lo reconozco. Puestos en fila, todos los personajes que voy reivindicando mes a mes provocan más espanto que un regreso de Van Gaal al Barcelona. Por eso, este número lo voy a dedicar a rendir homenaje a un entrañable objeto que ya no estará nunca más entre nosotros: el termómetro de cristal. Y esto es debido a una de esas directivas comunitarias –no creo yo que en Nicaragua o Etiopía hayan prohibido el uso de este elemento- que buscan eliminar cualquier peligro de nuestras vidas, por pequeño que sea. Porque, mire usted, no creo que nadie haya sufrido una crisis oncológica por jugar a los siete años con las bolitas de mercurio de un termómetro hecho añicos. Trapezoidal de difícil lectura, plano, extraplano, amarillo... Cuando pillaba la gripe, pasaba las horas muertas mirando el prospecto de los termómetros ICO con los diferentes modelos y, como buen niño caprichoso, siempre pensaba que el mío era el más feo. Dicen que los que nos hayan quedado en casa los llevemos al punto limpio. Yo respondo que tendrán que sacarme a mí primero, o traer una orden judicial, para que yo me deshaga de mi termómetro extraplano amarillo.
Poco hay que decir del partido de ayer, salvo que yo creí en la victoria rojiblanca hasta que Touré clavó ese balón a la base del poste de Yraizoz. Y también varias cosas chungas, como:
- Este Barcelona ha enamorado a todo el mundo no sólo por su juego, sino también por su deportividad, juego limpio y excelencia competitiva. Guardiola no sólo ha forjado un grupo, sino también un carácter que se manifiesta en gente como Iniesta, Henry, Messi o Xavi. El técnico es el verdadero artífice de que este equipo sea respetado y admirado, y no envidiado y odiado. El mérito no es ni de las aficiones del Real Madrid ni de la del Athletic de Bilbao, meros receptores de la transmisión indirecta de una idea absolutamente utópica del fútbol que Guardiola ha logrado hacer tangible. Gestos como el de Touré al celebrar el gol, tradición heredada de Luis Enrique, Giovanni o Schuster, y más propia de otras épocas donde el barcelonismo nadaba en el resentimiento, no ayudarán a consolidar este esquema deportivo y vital.
- Dar la espalda a cualquiera está feo. Dar la espalda al Presidente del Gobierno, más aún. Dar la espalda al Rey, peor. En cualquier caso, no creo que sea una cuestión de nacionalismos, sino de educación.
- TVE ha despedido al Redactor Jefe de Deportes. Es una medida comprensible. La supresión del incómodo momento de la interpretación del himno fue, sin lugar a dudas, un premeditado acto de cobardía. Todos sabemos lo que hay. ¿Quién iba a escandalizarse?
- La retransmisión del partido alcanzó cotas de mediocridad nunca antes vistas en la televisión pública. Juan Carlos Rivero lleva ya más de quince años (el hombre) y todavía se ve superado por las circunstancias. La reportera de campo mostró, como siempre, una actitud más propia de Sopa de Tomate que del periodismo serio. Supongo que todo esto es consecuencia del ERE... Tenemos lo que nos merecemos. También aquí.
Cambiando de tema, un amigo me manda escandalizado este artículo, que va sobre el lanzamiento premeditado de un recopilatorio de Antonio Vega para este viernes. Me parece bien que se escandalice. Jesús dijo que los que fueran inocentes como niños serían los primeros en entrar en el Reino de los Cielos, así que tiene muchos puntos, pero a mí me resulta difícil sorprenderme de algo así, especialmente cuando de todos es sabido que el propio músico alimentó al monstruo...
Por otra parte, en el mundo del periodismo, por ejemplo, es normal tener preparadas necrológicas relativas a personajes de fallecimiento inminente, tipo Juan Pablo II, Ronald Reagan, etc, y nadie acusa a los directores de periódicos de querer lucrarse con el morbo popular...
Yo creo que se trata de capitalismo y, vamos, no lo veo para tanto.
Además, por respeto a todos los fans de Antonio Vega, tampoco voy a entrar ahora a desgranar todas las dudas que me generaba el personaje.
Es tan bonito el himno, tan vascuence, tan vizcaíno... tan wagneriano por momentos... Esa ría con ese olor a café de puchero... No puedo... Creo que voy con el Athletic...
¿Para qué engañarse? Nada como un buen motivo futbolístico para contrarrestar el atasco de ideas de este blog. Y si se mezcla con recuerdos de la infancia, mejor.
Desde que se supo que la final de la Copa del Rey de este año iba a ser la más bonita posible, imagino que llevan ustedes ya vistas una buena ración de vídeos con las patadas de Migueli, Maradona, Clos, la conmoción de Sola... Desde luego, parece que se ha hablado más de aquella final del 84 que de la presente, pero no para hablar de fútbol precisamente. Pues bien, yo les voy a proporcionar el mejor vídeo que he encontrado en YouTube del partido; es un resumen de casi diez minutos, tanto de la final como de la bronca posterior, con los comentarios (sí) del gran José Ángel de la Casa.
El documento no tiene desperdicio: robos limpios de Goikoetxea a Maradona; entradas y gestos improcedentes de un Schuster que ya tenía muy evolucionado el prototipo de imbécil del que ahora hace gala, la clase de Sarabia, la precipitada entrega a Dani de la copa de campeones, y la bronca...
Qué cosas... Recuerdo que cuando ponían las imágenes a cámara lenta, mi madre me decía: "Hijo, tú no seas futbolista". ¡Claro, claro...! ¡Por eso decidí no serlo! Que yo prometía, ¿eh?
Mi madre también me compraba el Don Balón. No demasiadas veces para que no me idiotizara, por lo que muchas veces releía el mismo una y otra vez. Así, recuerdo un pie de foto del 9 bilbaíno con los brazos en jarra: Endika, muy discutido en Bilbao, logró el gol de la victoria que... ¡Y qué gol! Control con el pecho y remate inapelable. Imposible para Urruti.
En aquellos momentos, ya me quedaban bien dos camisetas de fútbol de algodón que había heredado de mis tíos, una del Barcelona y otra del Athletic. En realidad, y dada la época, no tenían escudo ni tenían nada, por lo que la rojiblanca podría haber sido perfectamente del Atlético de Madrid, pero el lúcido personaje que me la entregó, quienquiera que fuese, no me quería desgraciado y no me informó de esa posibilidad, así que yo le pedí a mi abuelo que me comprara dos escudos bordaditos en Sports Play, uno del Barça y otro "del Bilbao", como él le llamaba.
Con seis años, tampoco nadie me había informado de que, por huevos, había que ser de un equipo. A mí, sencillamente, me gustaba el fútbol y nunca sabía qué responder a los mayores cuando me preguntaban de qué equipo era. Sí, el Cádiz me gustaba, pero ya. Aquellas primitivas camisetas me las ponía porque sí, porque estaba enamorado del juego.
Hasta que un día llegué al colegio con mi camiseta del Barça, imagino que con el escudo bien cosidito ya y, desde que entré por la puerta hasta que me senté en mi sitio, todo el mundo se fue metiendo conmigo; niños de mi clase, de otras clases, mayores, pequeños... gente que no había visto en mi vida en definitiva. Como los niños de seis años tienen mucho malage pero muy poco vocabulario, recuerdo que sólo me decían "No vale ná... no vale ná... no vale ná... no vale ná...". ¡Qué pesaos!
Yo había visto que el Barcelona había ganado la Supercopa de aquel año por 3-2, pero no sabía qué coño era la Supercopa... aunque debía de ser algo tremendamente importante, porque era súper, como Superman, así que iba por el pasillo del colegio respondiéndole a todos ellos: -Tré a dó... ha ganao la supercopa tré a dó...!, mientras marcaba tres con mis dedos diestros. Además, cuando yo me acerqué al fútbol, el Real Madrid no es que ganara mucho, así que yo ni reparaba en él... y tampoco había heredado ninguna camiseta del Madrid...
Total, que me enrabieté, porque a mí no se me pasaba por la cabeza decirle a nadie de qué equipo tenía que ser. Me parecía normal que no todo el mundo fuera del mismo y me irritaba que alguien cuestionara que llevara puesta una camiseta del Barça, con lo chula que era. Así que, claro, me hice del Barça, lo que, inevitablemente, me condujo a vivir muchos más episodios como el de aquella mañana en mi colegio de Tarifa.
Por el camino, se fue incorporando gente, pero al principio, al menos hasta 3º de EGB, juro que estaba yo solo.
Lo divertido es que luego, y por motivos que no vienen al caso, me desbarcelonicé y volví a mi estado originario. Esto es, me gusta el fútbol y, en cierto modo, y si excluimos la selección, no me importa mucho quién gane porque pienso que, casi, casi siempre, el que gana es el mejor. No necesariamente el que practica un juego más atractivo, pero sí el mejor.
Eso sí, soy un romántico del fútbol y no me gustaría nada que un advenedizo como el Villarreal, por poner un ejemplo, le ganara la Copa a este Barça (a otro, puede) y, jamás de los jamases, al Athletic.
Ante la cita de mañana, sin embargo, no tengo preferencias... el juego de la factoría de La Masía contra el idealismo de Lezama... Y, sin embargo, creo que el único equipo del mundo que puede parar a este Barcelona es, justamente, el Athletic de Bilbao. Por casta, orgullo y urgencia histórica. Será un gran partido. Uno de esos donde la historia y el palmarés se hacen tangibles.
Por cierto, Copa del Generalísimo... Copa del Rey... Qué irónico, ¿no? Me refiero a que sean estos dos equipos los que acumulen más títulos.
El viernes pasado fue un día de mucho trabajo y nervios. A las tareas clásicas de control de puerta, atención a los grupos, pinchaje, organización y montaje del sonido, etc, se añadieron las de dependientes a tiempo parcial en nuestro stand de camisetas y chapitas.
Como Dj Juan me lo pasé como nunca. Estuve algo más de tres horas y media y podría haber estado media más y tres mil. Salí muy contento y reafirmado en mi vieja teoría de que el público prefiere las canciones a los ritmos sin fin, que con las canciones la gente baila, salta, habla, sonríe, se dice cosas al oído, se cansa, bebe, vuelve a la pista, se emociona, participa, pide otra, ponen la suya, bailan con ella y se enamoran... El amor... efímero o no... la gasolina que no debe faltarle a cualquier proyecto destinado a hacer que la gente se lo pase bien. No lo digo yo, lo dice, sin ir más lejos, Guille Milkyway, el hombre que guarda la mejor relación del directo en este país: nadie hace tanto con tan poco. Y todo esto que digo, ¿no está en relación directa con esto otro? La técnica... ah... ¿qué mejor técnica que seleccionar canciones chulas? Como decía el Maestro Ordovás: "¿Que he pinchado bien? Bueno, es muy fácil... ¡Hay muy buenas canciones!".
El viernes pasado fue un día de mucho trabajo y nervios. A las tareas clásicas de control de puerta, atención a los grupos, pinchaje, organización y montaje del sonido, etc, se añadieron las de dependientes a tiempo parcial en nuestro stand de camisetas y chapitas.
Como Dj Juan me lo pasé como nunca. Estuve algo más de tres horas y media y podría haber estado media más y tres mil. Salí muy contento y reafirmado en mi vieja teoría de que el público prefiere las canciones a los ritmos sin fin, que con las canciones la gente baila, salta, habla, sonríe, se dice cosas al oído, se cansa, bebe, vuelve a la pista, se emociona, participa, pide otra, ponen la suya, bailan con ella y se enamoran... El amor... efímero o no... la gasolina que no debe faltarle a cualquier proyecto destinado a hacer que la gente se lo pase bien. No lo digo yo, lo dice, sin ir más lejos, Guille Milkyway, el hombre que guarda la mejor relación del directo en este país: nadie hace tanto con tan poco. Y todo esto que digo, ¿no está en relación directa con esto otro? La técnica... ah... ¿qué mejor técnica que seleccionar canciones chulas? Como decía el Maestro Ordovás: "¿Que he pinchado bien? Bueno, es muy fácil... ¡Hay muy buenas canciones!".
