Despertar en primavera
Así decía una vieja canción de Franco Battiatto. La mía está siendo bastante aburrida, todo hay que decirlo, pero espero que cambie, porque mañana me voy a Barcelona al Primavera Sound.
Aunque me gustaría, no puedo ir a todos los festivales. Este año he elegido, de momento, el Primavera y el Contempopranea; aquél por rellenar lagunas, este último por lo contrario, por la cercanía y familiaridad de los grupos de "aquí".
Han crecido muchos festivales, especialmente el Summercase, mientras que el cartel del FIB ha resultado ser de otra dimensión, así que para decantarse por uno o por otro hay que contar con ciertos datos colaterales. A saber, precio, facilidad de alojamiento, auditorio, cercanía del lugar de residencia, etc.
Puede que el año pasado fuera mi último FIB. El festival se ha elevado hasta unos límites que yo no soy capaz de soportar. En su contra juega, sobre todo, la baja calidad del público, ya que abundan los modernetes con ínfulas cooles, así como el petardeo inglés, a veces botella en mano. Es prácticamente imposible seguir de manera decente la actuación de los cabezas de cartel. No estoy dispuesto a ver a Camera Obscura en esas condiciones, mientras que imaginar a Antony and the Johnsons allí no sé si me parece una pesadilla o una broma de mal gusto. Por no hablar de los codazos que puede llegar a haber con Arctic Monkeys. ¿Será que me hago viejo? El caso es que paso.
El Summercase es un festival majete, aunque un poco caro. Jarvis, The Jesus and Mary Chain y Flaming Lips justifican sobradamente el viaje. El problema es que, en mi caso, sería en Madrid. Esto significa:
a) Un calor de pelotas
b) Una más que probable sobreabundancia de peña que irá porque es lo que toca hacer ese fin de semana, para contar el lunes en la máquina de café a los que vuelven de la sierra, han pasado unos días en alguna playa de "lo más" o, sencillamente, no son modernos.
El Primavera es el que a mí me ofrece los grupos más raros, mayor posibilidad de exploración y de encontrar nuevos filones que explotar, enlaces para llegar a destinos inéditos. Yo voy a ver a Slint. Nunca pensé que pudiera ver a Slint. Y encima tocando el "Spiderland". Estoy seguro de que va a ser toda una experiencia. Hay un cartel muy completo, con Sonic Youth, Wilco, Blonde Redhead, Herman Düne... pero yo voy a ver a Slint.
La implicación del ATP Festival para con el certamen barcelonés es lo que le da ese puntito de diferenciación respecto al resto de festivales de la península. Además, el público catalán, con lo serio que se toma el hecho de ser moderno y tal, espero que esté muy calladito y atento. A ello hay que sumar el hecho de que, después de cuatro días en Barcelona, seguro que vuelvo a provincias super puesto en nuevas tendencias que habían pasado desapercibidas desde mi humilde posición.
Ya contaremos a la vuelta qué tal ha ido.
Aunque me gustaría, no puedo ir a todos los festivales. Este año he elegido, de momento, el Primavera y el Contempopranea; aquél por rellenar lagunas, este último por lo contrario, por la cercanía y familiaridad de los grupos de "aquí".
Han crecido muchos festivales, especialmente el Summercase, mientras que el cartel del FIB ha resultado ser de otra dimensión, así que para decantarse por uno o por otro hay que contar con ciertos datos colaterales. A saber, precio, facilidad de alojamiento, auditorio, cercanía del lugar de residencia, etc.
Puede que el año pasado fuera mi último FIB. El festival se ha elevado hasta unos límites que yo no soy capaz de soportar. En su contra juega, sobre todo, la baja calidad del público, ya que abundan los modernetes con ínfulas cooles, así como el petardeo inglés, a veces botella en mano. Es prácticamente imposible seguir de manera decente la actuación de los cabezas de cartel. No estoy dispuesto a ver a Camera Obscura en esas condiciones, mientras que imaginar a Antony and the Johnsons allí no sé si me parece una pesadilla o una broma de mal gusto. Por no hablar de los codazos que puede llegar a haber con Arctic Monkeys. ¿Será que me hago viejo? El caso es que paso.
El Summercase es un festival majete, aunque un poco caro. Jarvis, The Jesus and Mary Chain y Flaming Lips justifican sobradamente el viaje. El problema es que, en mi caso, sería en Madrid. Esto significa:
a) Un calor de pelotas
b) Una más que probable sobreabundancia de peña que irá porque es lo que toca hacer ese fin de semana, para contar el lunes en la máquina de café a los que vuelven de la sierra, han pasado unos días en alguna playa de "lo más" o, sencillamente, no son modernos.
El Primavera es el que a mí me ofrece los grupos más raros, mayor posibilidad de exploración y de encontrar nuevos filones que explotar, enlaces para llegar a destinos inéditos. Yo voy a ver a Slint. Nunca pensé que pudiera ver a Slint. Y encima tocando el "Spiderland". Estoy seguro de que va a ser toda una experiencia. Hay un cartel muy completo, con Sonic Youth, Wilco, Blonde Redhead, Herman Düne... pero yo voy a ver a Slint.
La implicación del ATP Festival para con el certamen barcelonés es lo que le da ese puntito de diferenciación respecto al resto de festivales de la península. Además, el público catalán, con lo serio que se toma el hecho de ser moderno y tal, espero que esté muy calladito y atento. A ello hay que sumar el hecho de que, después de cuatro días en Barcelona, seguro que vuelvo a provincias super puesto en nuevas tendencias que habían pasado desapercibidas desde mi humilde posición.
Ya contaremos a la vuelta qué tal ha ido.
Isaac Lobatón