26 marzo 2009

Francisco Nixon (y V): El hacedor de esculturas

Juan Miguel Serrera era mi profesor de Arte Clásico (griego y romano, para que nadie se pierda). Yo llegaba a Historia del Arte con la esperanza de animarme con un poquito de creatividad e ideas tras un anodino curso en Derecho, carrera que ignoro cómo puede llegar a acabar tanta gente sin morir de pena.

Serrera era un tipo clarividente y con un agudo sentido del humor. Recuerdo una proyección de un busto femenino rescatado del mar, de época tardo arcaica si no me equivoco; era clavadita a "Nuestra Reina Sofía", según él mismo dijo. Fue el único motivo por el que lo puso; sus clases no tenían un guión cerrado y buscaban obligar a trabajar al ojo, la percepción y la sensibilidad para empezar a alimentar nuestra capacidad para sacar conclusiones propias.

Luego me cambiaron de turno y mi profesor de Arte Clásico resultó ser uno de esos catedráticos adocenados, vagos y planos, ejemplar de esa casta de profesor universitario contra la que (dicen) se ha elaborado el Plan Bolonia. De éste corrían mil chismorreos acerca de sus aventuritas con alumnos que, a la postre, quedaron más que bien colocados, pero esa es otra historia...

El caso es que, antes de irme al turno de este individuo, a Serrera -que falleció con cuarenta y seis años unos meses más tarde- le dio tiempo a desmontar uno de esos mitos y prejuicios con los que uno se acerca al Arte, así con mayúsculas. Y es que la gente piensa que en Grecia todo el mundo se la pasaba hablando de filosofía, democracia, orgía p'arriba y p'abajo con los mozos, el río que fluye pero permanece, el que ni permanece ni fluye, el mirón de Fidias que me ha dicho que si Pericles no arregla la curva de la finca de Praxiteles, no van a acabar las caídas hípicas... Y no, aquello no era la arcadia (con perdón) cultural que se ha pretendido vender.

El enorme número de esculturas que se ha rescatado de la antigüedad no procede casi nunca de las manos de un artista, sino de un taller, una especie de fábrica. Es decir, hablamos de artesanía, de producción en serie. Por eso, cuando el profesor Serrera ponía una diapositiva de una escultura griega, siempre añadía que no era obra de un escultor, sino de un hacedor de esculturas que, además, no necesariamente copiaba un modelo -como haría una orquesta de feria- pero sí reproducía sin parar una serie de parámetros estéticos -Francisco Nixon.

Bueno, el prólogo me quedó algo largo, pero ya llegué donde quería llegar. Además, coincide con lo que decía Fran sobre la música actual en la anterior entrada. El lunes, en cambio, me preguntaba hasta qué punto era útil este disco... Bueno, pues para mí lo es y para mucha otra gente lo será. Es más, estoy seguro de que este trabajo podría ser disfrutado, asimilado y elevado a la categoría de imprescindible por un número de personas cercano al que, no hace mucho tiempo, llevaba a obtener ese estúpido título de disco de platino con el que tanto nos tomaron el pelo a los que, de púberes, escuchábamos los 40 subnormales, pero vivimos en un mundo donde la mayor parte de la gente -es que, olvídese... no me estoy refiriendo a usted, ni a usted tampoco; pertenece a una élite; no se engañe- califica esta música de rara.

¿Rara? Bueno, sí, es raro encontrar canciones que ilustren la vida cotidiana sin caer en cierta complacencia, cursilería, afectación o, en otro sentido, populismo. El otro día, alguien -a quien ni quiero ni respeto menos por ello- me dijo que Celtas Cortos habían sido pioneros de las letras comprometidas. Pues vaya... Imagino que es una cuestión de gustos, pero para mí posee mucho más compromiso una canción como "Inditex", que nos narra la vida de una Petra moderna; una chica que, seguramente, habría llegado a ser personaje de Escobar si éste hubiera empezado a dibujar hoy y no en los años cuarenta.

Qué decir de "Brackets". Cualquiera que haya tenido una pareja con algún tipo de invervención dental sentirá algo muy especial al escuchar esta canción. Yo no voy a contar mi vida aquí...

Es preciso aclarar una vez más que no hay ironía; más bien todo lo contrario, idealización. Fran parece manifestarse como un hombre que mira al mundo agradecido por encontrarse rodeado de belleza, una belleza que casi siempre subima cuando se trata de hablar, no de mujeres, sino de LA mujer, un concepto mucho más genérico y abstracto, plenamente romántico, que le permite componer una oda a las estudiantes juerguistas (Erasmus borrachas), pero también a su pareja estable (Nombres y teléfonos).

En parte, ahí radica el mérito de Fran, en seguir encontrando, casi cincuenta años después, la manera de (re)crear la canción pop, de trasladar a la partitura situaciones, personajes y tipologías sociales que necesitaban y merecían su propia canción.

Las pocas veces que se aleja de este modelo, como sucede en "Los viajes de Simbad", una de las mejores canciones de "El perro es mío", el disco mantiene el pulso, permitiendo además
restar importancia a patinazos como "Mereces toda mi atención".

¿Y Richi? Richi es el plan B. Si Fran idealiza el mundo que le rodea potenciando su color, Richi es el encargado de hacer lo propio con la melancolía, una melancolía que se tiñe de colores gracias a unas letras poseedoras de un sentido estético fuera de lo común ("Dicen que ha estallado el reactor // el número cuatro ha volado // y ahora es otro sol" - "Puedes correr cuando yo no esté más // por el campo sobre un caballo zampo // aparte hoy puedo invitarte a dormir en mosaicos del Museo Británico") y ese fraseo profundo y tímido a un tiempo.

Ricardo da voz a la viuda de ese ingeniero nuclear de Chernobil que reivindica su derecho a recordar con una media sonrisa el sentido del deber de su marido, mientras recuerda una despedida semejante a aquella del Mayor Tom cuando decidió quedarse flotando en el espacio.

También es el encargado de recuperar el hacha de doble filo costabravista, la que pendía sobre esas historias de fama tan pequeña como efímera en, por ejemplo, "Falsos mitos sobre la piel y el cabello" (quién te recibe al regresar, después de una gira triunfal, con una botella de champán"). "Notre Dame" es fruto del ejercicio de exorcismo que Ricardo lleva a cabo para defender su ilusión y su predisposición a seguir haciendo canciones mientras le dejen ("Dime cuánto puedes amar a alguien que no vuelve a casa con dinero ni la prensa le aclama // Me asusto por nada, por nada de nada").

Sí, está claro que sigo teniendo miedo al exceso de producción, a perderme cosas... pero si algo me produce incertidumbre y ansiedad en ese sentido es que haya tantas personas que:

1. No se enteren de que existen estas canciones.
2. Las desprecien
2.1 Por simplistas
2.2 Por elitistas

El disco es suyo. Enhorabuena y gracias.

Francisco Nixon (IV): "Me asusta ver la facilidad con que la gente hace afirmaciones rotundas basadas en sus prejuicios."

Continuamos hablando de la actualidad musical.


En el lado opuesto está el amateurismo, grupos que hacen playback o karaoke o que, sencillamente, parecen esforzarse en cantar mal. ¿Qué te parece esto?


Pues eso yo creo que tiene más que ver con el Punk. El Punk para mí supuso la pérdida de la inocencia en la música. Hasta ese momento, todos los grupos intentaban hacer las cosas bien, por muy salvajes que fueran. El Punk supuso la lectura inversa, la entrada de la ironía y todo eso de lo que hablo muchas veces; el rollo "todo me importa una mierda, incluso lo que estoy haciendo". Creo que ese es el terreno en el que ahora nos movemos todos, porque ya no se puede escuchar música de forma inocente; es decir, los Fleet Foxes son un grupo irónico aunque sean clasicistas, porque nuestra forma de entender el Arte es esa.


¿Tú crees que son un grupo irónico? Mejor, ¿crees que pretenden serlo?


Sí, porque hacer armonías de los Beach Boys es establecer un juego con el público que sabe reconocerlas. Tenemos tanta información que no podemos escuchar la música de manera inocente; se ha roto el marco de referencia.


Según lo que cuentas, más que ante grupos de pop-rock parece que estemos ante juglares o trovadores... Lo digo por lo que afirmas de que tanto público como artista poseen la idea implícita de que todo es un (re)creación, un juego, entretenimiento, consumo...


Voy más allá, a ver si me explico: Cada arte tiene en sí mismo las etapas de su desarrollo; cada nueva etapa supone una recodificación de todo lo anterior. Por ejemplo: se descubre la perspectiva en la pintura y la gente pasa del simbolismo al realismo, hasta que la gente se cansa del realismo y vuelve al simbolismo y la abstracción.

Por ejemplo, los prerrafaelitas intentan volver a la pintura medieval, pero aunque pinten cuadros a la manera medieval, los cuadros no significan lo mismo por mucho que se parezcan, porque un cuadro pintado por un tipo del siglo XIII significa una cosa y un cuadro pintado por un tipo del siglo XIX imitando a un tipo del siglo XIII, significa otra muy distinta.

Si yo vivo en los sesenta y escribo "Yesterday", esa canción significa una cosa, y si la escribo ahora significa otra cosa, aunque la canción sea igual y no se hubiera escrito antes. Si un grupo inglés de ahora escribe Yesterday, diríamos: "Mira, un grupo que escribe canciones como las de los años sesenta", pero cuando los Beatles la escribieron, no estaban replicando un cliché, sino que lo estaban creando. Por eso digo que el paso del tiempo modifica nuestra forma de entender las canciones, y después del punk es aceptable que un tipo cante mal, porque cantar mal se convierte en un cliché. El que cante mal no está "deconstruyendo" nada, sino que está repitiendo una convención: la de cantar mal. Es como si ahora un grupo rompe las guitarras en el escenario: están haciendo un homenaje a los Who, lo quieran o no... Lo malo es cuando la gente reproduce clichés sin saberlo.


¿Crees que alguien crea ahora algo nuevo? ¿Portishead han sido los últimos en intentar abrir un nuevo camino?


Yo creo que la creación, poco a poco, ha pasado de ser una labor individual a una labor colectiva, que es lo que está pasando en internet; por eso digo que nunca se ha hecho tanta buena música, pero nunca fue tan difícil llamar la atención.


¿Sigues en la idea de hacer canción política "indirecta" ? Inditex, por ejemplo, chica que va a la ciudad a ganarse la vida y trabaja en la multinacional haciendo cualquier cosilla, que siempre habrá algo, etc, etc...


Yo lo llamaría simplemente crónica social. Lo de hacer política supone estar a favor o en contra de determinada opción política, y yo en ese sentido estoy muy confundido. Creo que todo el mundo sabe señalar las cosas que van mal en el mundo y que es justo señalarlas, pero cuando hablamos de aportar soluciones, la cosa se complica. Me asusta ver la facilidad con que la gente hace afirmaciones rotundas basadas simplemente en sus prejuicios.


¿Crees que seguirás componiendo canciones "para" La Costa Brava? Quiero decir, con el espíritu del grupo.


Pues no lo sé. LCB era un poco una pandilla en la que nos retroalimentábamos todos bastante... Cuando escribo solo es otra cosa.


He visto que dices que no vais a cantar Simbad en directo. Tampoco cantasteis nunca Japonesa. ¿es tan difícil adaptar eso? Es una pena...


Ya, pero necesitaría cambiar el concepto de los directos, y por dos o tres canciones no lo voy a hacer.


¿Ves la colaboración de Richi probable para los próximos discos? ¿Te gustaría al menos?


Sí, lo de salir a tocar solo es muy aburrido. Me gusta estar con él y creo que tiene mucho talento.


Hasta aquí dio la conversación con Fran. Seguro que se me quedó alguna duda que en ese momento no se manifestó ni tenía apuntada en algún sitio, pero bueno... Como siempre digo, es una suerte disfrutar de las lecciones de lucidez de un músico que tiene todo el futuro por delante para seguir contribuyendo a hacernos comprender un poco más la vida. La música también trata de eso.

25 marzo 2009

Francisco Nixon (III): "Se hace mejor música que nunca, pero sin capacidad de sorpresa"

El pop siempre habrá de agradecer a la Divina Providencia el flechazo creativo que acarreó el encuentro de Fran Fernández con el llorado Sergio Algora. Sabemos que canciones como "Desastre", "Almas de metal" o "Canción de cumpleaños" permanecían o habrían permanecido en el limbo de no ser por el impulso y los ánimos que el artista zaragozano proporcionó al, hasta entonces, líder de Australian Blonde. Desaparecido aquél, pasado un tiempo me pregunté si Fran podía correr el riesgo de retornar hacia ese, aunque legítimo, absurdo complejo.

Parece que siempre hayas tenido a tu lado una especie de padrino. Me explico: Paco Loco, Sergio, ahora Richi, -más socio que padrino, no obstante. Y el papel que jugó Sergio para que tú sacaras las canciones que, de algún modo, te causaban pudor, has comentado muchas veces que fue fundamental.


Sí, así es.

Me he preguntado si podría darse el caso de que no te atrevieses a sacar algo...

Pues no, lo único que me da dolor de cabeza es el tema del disco de Australian, que no sé cómo afrontarlo, pero con Nixon me siento cómodo, hago lo que me apetece y ya está. Con Australian hay muchos factores, que si somos cuatro músicos con peso, que si tenemos una trayectoria, que si las expectativas de la gente...


¿Sientes entonces que has superado ese pudor definitivamente?


Hombre, no, el pudor siempre está ahí. Siempre escribo con un poco de miedo al juicio de la gente.


Bueno, ya, pero no autocensura, ¿no? Llamémoslo así.... aunque no es eso....


Sí, sí, autocensura totalmente. La gente no sé da cuenta hasta qué punto los artistas se ven cohibidos por la opinión del público o la crítica. Librarse de ese miedo supone mucha seguridad y aprendizaje.


En realidad, no creo que tengas miedo a muchas cosas. Has grabado un vídeo en pijama. ¿Por qué?


Porque el tema de grabar un vídeo me toca los cojones. Porque no soy actor ni lo quiero ser. Es el tipo de cosas que te ves obligado a hacer por cumplir con el negocio. Era una forma de protestar.


¿Y por qué en los vídeos indies la historia nunca tiene que ver un carajo con lo que cuenta la canción?


Pues porque es algo que también está muy visto. Y cuesta más dinero hacer una "minipelícula" con la historia de la canción que superponer unas imágenes cualquiera con la música.

Sin ponerse pedante, Fran parece tener asumido que, en lo que se refiere a música actual, será complicado encontrar algo que le cambie la vida. Siempre he tenido dudas acerca de este punto de vista, de cómo ve la situación actual realmente, y es lo que intento sonsacarle tratando de esquivar su característica mano izquierda.


Te quería preguntar cómo entiendes el juicio de la música. Recuerdo una crítica al disco de Shout Out Louds. No entendí si te había gustado o no y en un comment te lo pregunté. Respondiste que sí, pero que no lo volverías a escuchar nunca probablemente.


Pues eso, que el disco me gustaba, pero cuando tienes un grupo buenísimo al día para escuchar, al final acabas saturado de novedades y te tiras a lo que ya conoces.


¿Al final siempre se vuelve a los clásicos? ¿Crees que hay algo hoy que realmente vaya a trascender?


Pues claro que sí, lo que pasa que no sabemos cómo, pero hoy se hace mejor música que nunca... La pena es que no podía sorprendernos menos...


Pero lo que más se valora son cosas como Animal Collective y tal, no es precisamente estrofa, estribillo y tal. ¿Qué opinión te merecen este tipo de grupos?


Me parece el rock progresivo de toda la vida. No sé por qué nadie se atreve a usar esa palabra con ese tipo de grupos. Y creo que hay cosas muy buenas, lo que pasa es que yo no sé hacerlas.


Probablemente, porque la etiqueta fue confinada... cosas de la prensa... ese ente...


Ya, pero el rollo Pink Floyd de desarrollos está ahí desde el principio, no es una actitud nueva de ahora ni mucho menos. De hecho me recuerdan un montón a Pink floyd.

23 marzo 2009

Francisco Nixon (II): "No hay que escandalizarse con las generalizaciones. La gente necesita certezas para poder actuar."

Que una persona que visita prácticamente a diario el blog de Fran le haga una entrevista, se puede interpretar como un impulso caprichoso y de fan, puesto que, si el músico se está explicando continuamente, ¿qué queda por preguntarle? Además, La Costa Brava detallaban siempre en el libreto de qué iban las canciones; eso sin contar perlas como el "manifiesto costabravista". En este caso, Fran también lo hace; por eso, esta conversación no versa tanto sobre "El perro es mío" como sobre un conjunto de dudas que he acumulado durante este tiempo de seguimiento del elocuente de Gijón:


Como la polémica suscitada por la valoración de tus letras como machistas. ¿Qué te parece la enorme sensibilidad o susceptibilidad que impera cuando uno trata determinados temas?

Bueno, creo que ciertas palabras provocan polémica por sí mismas,
e internet favorece ese tipo de discusiones de barra de bar. Pienso que la pregunta que me hizo el chico tenía bastante fondo, pero no relacionado con lo de machismo / feminismo directamente, sino con la idea de que el amor romántico supone una idealización de la mujer. La pregunta es: si quitamos esa idealización ¿qué nos queda? Ese es el punto al que a mí me hubiera gustado que llegara la discusión, pero la gente se queda siempre con los estereotipos. Es normal por otra parte.

Yo he hablado (no ahora, otras veces) con fans de LCB y de Nixon que dan por sentado que las canciones son machistas, pero como algo natural, asumido. Yo pienso, en cambio, que es un ensalce de LA MUJER como concepto. Te lo aclaro porque lo del machismo de tus canciones es casi un clásico. ¿Te apena?

Hombre, no, yo creo que en el fondo la comunicación a través de entrevistas, o en el blog, es bastante imperfecta, y es normal que la gente se quede sólo con el titular, por eso hay que tener cuidado con ellos. Te habrá pasado a ti mil veces, que en el blog hablas de una cosa y la gente salta con otra.

Sí, hay una hipersensibilidad generalizada... sobre todo con esos temas... a la gente le encanta calificar de machista, de racista, de facha...

Bueno, es una forma de simplificar. Yo creo que el mundo es muy complejo y a la gente le gusta reducirlo todo a categorías que pueda manejar; la gente necesita certezas para poder actuar.

Pero llevamos años leyéndote. ¿No crees que ese mensaje debería haber sido interpretado de otra manera? El romanticismo, la idealización....

Bueno, yo creo que la mayoría de la gente lo entendió así.

Es el tipo de respuesta con el que Fran suele dar las cuestiones por zanjadas. Si ve que el jardín está cerca, opta por la vía diplomática antes de que le pueda salpicar el agua del estanque. Hace bien en adoptar esa postura en un mundo demasiado crispado. Quien quiera entender, que entienda.

P
asemos pues a las canciones... a la creación más bien. Una cosa que me llama mucho la atención de ti es que no dices, como todo el mundo, que tu último disco es el mejor. Siempre recuerdas "Treinta y tres", "El cumpleaños de Ronaldo"... ¿Te sientes, de verdad, tan lastrado por esas referencias?

No, lo que pasa es que, cuando escribí esas canciones, yo sabía que había alcanzado una calidad no lograda anteriormente. Lo que creo es que no he podido rebasarla, nada más. O sea, creo que "Treinta y tres" es mejor que "Déjese querer por una loca", pero también que "Nadia" es tan buena como "El cumpleaños de Ronaldo". No sé si me explico...

Más o menos, pero ¿consideras "Treinta y tres" tu mejor canción con tanta diferencia? ¿No ves nada que se le acerque?

Para mí "El cumpleaños de Ronaldo", "Adoro a las pijas de mi ciudad" y "Treinta y tres" están por encima de las demás -aunque luego dependerá de los gustos de cada uno- y te voy a decir por qué: Primero porque creo que la unión entre letra y música está muy conseguida; no hay cosa que pese más que la otra. Segundo, porque habla de cosas que en principio son negativas y consigo darles la vuelta.

Mañana más...

Francisco Nixon (I): El perro es mío

Muchas veces uno siente una especie de angustia existencial cuando se enfrenta a la canción pop pura y simple. Hay demasiados grupos. Y no hablo de ahora, sino de todos los que han ido acumulándose en los últimos cuarenta o cincuenta años. Basándonos sólo en la procedencia, marea pensar en españoles, ingleses, alemanes, franceses, estadounidenses, argentinos, italianos... el pop alternativo japonés del que habla Guille Milkyway... Me produce vértigo pensar en todas las canciones que pasan por nuestro lado sin que reparemos en ellas, pero también en todos esos discos que ya nunca más volveremos a escuchar sin tan siquiera saberlo y que andan coleccionando polvo en nuestras estanterías. Es el miedo al infinito.

Me producen vértigo muchas otras cosas relacionadas con aquéllas, como que cada vez va a ser más complicado formarse un criterio, no ya musical, sino cinematográfico, literario... Artístico, vaya. Si nos ceñimos al pop-rock, lógicamente los periodistas musicales que ahora rondan los cincuenta o sesenta años vieron surgir una serie de movimientos musicales importantísimos (psicodelia, rock progresivo, punk, New Wave, Madchester) mientras iban madurando. Los que ahora tenemos en torno a treinta, tenemos que recuperar todo el legado musical desde los años cincuenta. ¿Es contemplable que dentro de diez años algún chiquillo, que ahora cuente quince años, pueda abarcar la historia del pop desde entonces hasta el año 2020, teniendo en cuenta todo lo que ya hay y todo lo que puede venir, y considerando que hay más grupos que nunca?

En estas condiciones, cuando llega a mis manos un disco que no aporta matices evolutivos al estereotipo de la canción pop, me pregunto para qué sirve. O más bien me pregunto si le va a servir a alguien. Entonces me angustio porque pienso que no, que tal disco es inútil y que un interesante trabajo va a quedar relegado al olvido, entre otras cosas porque no es posmoderno (o lo que se entiende por posmoderno, mejor dicho), ruidista ni cuenta con aportes afros.

La primera vez que escuché, bajo recomendación, a La Costa Brava, pensé: "Bueno, sí otro de esos grupitos indies nuestros..." -y ahí lo dejé. Luego, me empecé a enganchar al grupo con "Treinta y tres". Para bien o para mal, yo
empecé a escribir gracias a La Costa Brava. Digamos que esa gente de Zaragoza y el muchacho elocuente de Gijón cambiaron mis prismas vitales. Estoy convencido que, desde que lo escucho, soy una persona algo más amable, tanto con amiguetes, como novietas, como, en general, la afición. En realidad, sí, pienso que soy mejor persona, pero es que no soy el único... Todos los costabravistas pensamos así. Siempre tuvo algo de secta esto, pero sea lo que sea, lo que no puedo negar es que cualquier lanzamiento que provenga de las huestes costabravistas supone un acontecimiento para mí, especialmente si hablamos de Francisco Nixon, por eso esta semana fantástica dedicada a su disco, donde incluiré reseña y entrevista.

Hoy (mañana se me ocurrirá otra clasificación) pienso que existen tres tipos de canciones pop: las que te cambian la vida, las que no pasan de correctas pero no molestan a nadie y, finalmente, las que no dan la talla. Lo más peliagudo es cuando un artista o grupo se queda estancado en el segundo nivel, en la planicie. Es algo que se achaca a grandes como Bart Davenport o Ron Sexsmith. Me molesta bastante cuando leo alguna reseña o crónica cuyo autor se dedica a señalar que tal o cual artista ni turba ni disturba; me parece que es un lugar común del que se abusa con frecuencia y, en esas condiciones, se convierte en un gesto de desprecio.

Francisco Nixon, como ejemplo de profesional cantaupop, puede destacar en cualquiera de los tres niveles -aunque nos ahorraremos los (escasos) ejemplos del modelo C-, pero parece que él guarde algunas dudas sobre su capacidad para alcanzar nuevamente ese primer nivel de trascendencia. Esta y otras muchas cosas explica en la entrevista que iré subiendo a lo largo de la semana, dedicada a este músico tan especial para mí.

20 marzo 2009

El loco de la Ribera

Esta noche estaré pinchando en El Puerto, concretamente en El Loco de la Ribera (en el enlace viene con uve, pero es con be, salvo que a alguna ministra le dé un siroco y dictamine lo contrario).

Pinchar en El Puerto es algo así como debutar en San Mamés. Al menos, como si debutaras en San Mamés contra el Bilbao Athletic.

18 marzo 2009

Recomendaciones

Mientras termino una serie de asuntos, aprovecho para recomendar un par de cosas:

- Un chat con Francisco Nixon en la web de Heineken. Responderá a las preguntas el próximo jueves.

- La opinión de Carlos Boyero sobre "Los abrazos rotos". Carlos Boyero tiene razón hasta cuando se equivoca, así que no puedo evitar sentirme predispuesto hacia el filme en el sentido que ustedes descubrirán. A ver si luego, si me motiva para bien o para mal, escribo algo, que con "Volver" me quedé con las ganas.

13 marzo 2009

Ni crimen ni castigo - Marzo




No sé por qué me he despertado hoy con esta canción de Jonston en la cabeza. Me temo que es a cuenta de la última estafa inmobiliaria que ha tenido lugar en Cádiz.

En realidad, yo pasaba por aquí para, a requerimiento de Eva, hacer un copia-pega del Ni crimen ni castigo del mes de marzo. ¡Hala, allá va!

PARE DE DISCULPARSE, DON JOSÉ LUIS...


Me siento culpable. Cuando en el colegio todos flipaban con Que canten los niños, yo sonreía condescendiente, pensando para mis adentros que eran lo peor. Supongo que pensaba que yo era más listo que esos lumpens sin remedio por gustarme Sting y saber quiénes eran Camel y Pink Floyd.

Vía Spotify, he repasado muchas cosas estos días, pero, ¿me llamarán loco los muchachos del barrio si confieso que me he enganchado a cierto cantautor de La Alcarria cuya llamada de hoy me ha regresado al sentido común?

¿Por qué llamar triste al que sólo es buena gente? ¿Cómo despreciar a un hombre que comparece encogido de hombros? ¿Por qué ese tic? ¿Por la conciencia de que, bajo su apariencia banal, algunas de las canciones escuecen como las supuraciones en la era pre-Betadine? Recuperen con la debida atención la letra de Y ¿cómo es él?; tendrán la sensación de que aún hoy este señor no ha entendido que todos somos sustituibles. Y sigan repasando: ¿Por qué te vas?, Te quiero, El snob (!!!) o Ella y él y repararán en la realidad: uno de los mayores interrogantes de la historia de lo cool es el ostracismo sufrido por José Luis Perales.

12 marzo 2009

Freek! Marzo




Iba a escribir sobre la apasionante final de Copa que nos ha regalado el fútbol, pero ando muy atareado y no he encontrado el hueco. Tendré que dejarlo para los días previos y currarme un ídem.

Hoy me limito a enlazar mis contenidos para el Freek! de marzo. El Ni crimen ni castigo de este mes lo dejo para mañana o el lunes. Así pues, tenemos:

- Angil + The Hiddntracks
- Tahiti Boy and The Palmtree Family
- Templeton
- Benjamin Diamond, ésta muy breve.

Dejo arriba un vídeo de Tahiti Boy en una especie de concierto a domicilio; hay más vídeos en YouTube. ¡Qué hallazgo!

¡Ah! Y enlazo hacia el genial fotomontaje de los hermanos The Suit, especialmente como homenaje a ese esforzado disquero llamado Álvaro.

03 marzo 2009

¡Vente a Barcelona, Pepe!

Sé que no voy a resultar el paradigma de la actualidad con esta entrada, pero en su momento me dio pereza y luego, cuando me animé, resultó ser tarde. El caso es que el otro día vi, en Bluesky Cinemas, Vicky, Cristina, Barcelona, la película que ha proporcionado la estatuilla (es que me gusta mucho esa palabra) de la AACC a Penélope Cruz.

Una vez vista, sigo sin entender nada. Claro que la mayoría de la gente respetable con la que he hablado opina que la película es más que normalita, pero precisamente por eso resulta aún más repugnante y cuestionable la hipocresía de unos medios de comunicación que no han cesado de ensalzar una cinta que, sin llegar al rango de medianía, es obvio que no figurará en ninguna antología con lo mejor de Woody Allen, así como la interpretación de una Penélope Cruz que, como casi siempre, resulta cansina, infantil, estridente, ininteligible y absolutamente vacua.

En primer lugar, hay que poner en solfa el carácter de postal que domina durante toda la película, haciendo inútil el trabajo del gran Javier Aguirresarobe en la fotografía.

Este predominio del escaparatismo se da en varios aspectos:

- Escénografía: La ciudad a la que pertenece el lobby -ya saben, Mediapro and Company- que ha propiciado el rodaje de Vicky, Cristina, Barcelona, adquiere tintes de irrealidad, tanto por el tratamiento físico como por la descripción que la voz en off va haciendo de la misma. Yo vi la versión en inglés, pero no me extrañaría que en castellano esas labores fueran a cargo del mismísimo Constantino Romero. El director opta por rodar en Oviedo -oye, que sí, que es más bonito que Algeciras; no lo pongo en duda- para dar un descanso de tanto azúcar de diseño al espectador, pero es igual, porque sumando Asturias y la capital catalana, llega un momento en el que uno no sabe muy bien si está viendo una película o un episodio de Lonely Planet.

- Vida social: Resulta que en Barcelona todo dios vive en Pedralbes, incluso los artistas más bohemios y de vida más turbulenta -sin drogas de por medio que se sepa, eso sí- que, aunque no tienen casa con piscina, pueden ir fardando con su Alfa-Romeo Spider de coleccionista. Si nos aburrimos de Barcelona, siempre podemos ir a Oviedo, en el aeroplano que me deja un colega (piloto yo) y alojarnos en el hotel donde lo hacen los galardonados con el Príncipe de Asturias. El resto del tiempo, lo pasamos de cenita en cenita, cata de vinos... ya saben, la buena vida.

- Professional development: A veces esos artistas bajan al Raval y hacen fotografías a las putas, pero éstas se muestran super-cómplices y super-de-acuerdo y super-colaborando. Además, aprovechan para tomar cervezas en bares castizos para, así, entrar un poco en contacto con el pueblo, mira tú, mientras toman una Estrella Dämm y hablan de cualquier cosa menos de política.

Podría seguir, pero no creo que merezca la pena; es claro que la película evidencia desde el primer minuto todas las debilidades que se le sospechaban, y es que daba la sensación de que Woody Allen se había mostrado abrumado ante la imposibilidad de evitar el compromiso creado por un comentario que, probablemente, fuera fruto de la cortesía:

- Oh, sí; claro que estaría bien rodar aquí alguna vez. ¡Me encanta Barcelona!

Después, al pobrecillo le dieron el Príncipe de Asturias...

- Oye, Budi, y ¿en Oviedo? ¿No te lo has planteao?
- Claro, claro... Oviedo también me gusta, ¿eh? No te vayas a creer que miento. Casi tanto como Barcelona.

Menos mal que Chavezs no le ha dado ningún premio, que si no tendría que haberse ido a Sevilla a rodar la luna de miel de Vicky y Doug.

¿Cuál es el resultado de tanto compromiso y de tanto compadreo? La sensación de que el mítico director ha llegado, ha rodado su peliculilla con las-dos-estrellas-locales-más-internacionales y... ha... tomado... el dinero... y... ha corrido... (lo sé...).

Si me queda alguna duda de que haya sido así, es debida a que yo no puedo pensar mal de ese hombrecillo, pero la película le ha quedado coja, básicamente por su falta de autenticidad, por su nula profundidad, más allá de cuatro o cinco conversaciones pseudoneuróticas, con intercambios de frases rápidos y con el fantasma de Freud sobrevolando... pues vaya una cosa... ¿automanierismo?

Todo es tan artificioso y tan de plexiglás que el protagonismo musical ha corrido a cargo de unos nuevos representantes de ese cajón desastre llamado Barcelona Sound, Giulia y los Tellarini, otro nombre más para la colección de clones piesnegristas que viene exportando desde hace una década la Ciudad Condal. Los chicos, que no tienen culpa de nada, le dieron el CD a Allen. Dejo a ustedes elegir lo que puedo pasar a continuación:

OPCIÓN A

W. A. - Me gusta. No está mal. Éstos mismos van a ser.
AYUDANTE - Bien.

OPCIÓN B

W. A. - ¡Uf! Qué coñazo, ¿no...?
A. - Sí... pero este tipo de grupos es muy representativo de la música que se hace aquí
W. A. - ¡Ah! Entonces no hay más que hablar. Éstos mismos van a ser.

¿Se puede salvar algo de la película? Sí. Todos los actores, si exceptuamos a P. Cruz rayan a gran nivel. Empezando por una muy creíble Scarlett Johansson, estupenda en su rol de incomprendida de sí misma, continuando por Javier Bardem, que vuelve a estar inmenso en uno de esos papeles que lo sitúan entre los pocos grandes que saben jugar con la ambigüedad de mantener un pie en la melancolía y otro en la comedia, y finalizando por Rebecca Hall, quien en un mundo ideal quizá habría bordado el papel de María Elena; no importa, la Hall, con sus ojos huidizos y una belleza también un tanto esquiva y en segundo plano, pasa por ser la protagonista pasiva de Vicky, Cristina Barcelona, el salvavidas real de una historia demasiado previsible, donde los estereotipos no nos hacen soñar con abandonar la vida real, sino más bien con permanecer en ella.